'Dune: Parte 2' y el triunfo del cine

(Entrada sin spoilers)

En octubre de 2021 me iba al cine a ver la esperada 'Dune' de Jacques Denis Villeneuve (¡gracias por la corrección, Iván!). Contaba entonces mi curiosa relación con la novela de Frank Herbert —que es la primera de una serie de seis escritas por él, y un par de docenas más de otros autores—, que precisamente es curiosa porque jamás la he leído. Mea culpa, supongo. Está apuntada en pendientes, pero nunca me acabo de animar.

Pero como comentaba entonces, a mí la historia me atrapó por el videojuego original del Amiga 1200. Jugué mucho a aquel título de estrategia —creo recordar que me lo acabé— y hace tres años volvía a echar un rato gracias a su versión para MS-DOS en Internet Archive.

Desde entonces la historia siempre me hizo gracia, pero debo reconocer que la adaptación original de David Lynch de 1984 era demasiado especial. Diría que un poco de cine de autor. La película de Villeneuve es totalmente distinta.

Es un acontecimiento.

Al menos, un acontecimiento en el mundo del cine. Una oda a la espectacularidad y una de esas películas que es necesario ver en una pantalla lo más grande posible y con el sonido a tope. Eso ya era cierto con la primera entrega, y lo es más con 'Dune: Parte 2', que se estrenó el pasado viernes y que yo fui a ver con mi amigo Juanky este sábado tras un día estupendo.

Qué peliculón. Qué maravilla.

La vimos en los cines IMAX de Herón City, en Las Rozas de Madrid. La sala es un despiporre, con esos sofás reclinables, las minimesitas para palomitas y bebida y espacio de sobra para las piernas. Vale los 15 euros, tanto por eso como por el hecho de que no pusieron ni un anuncio (¡ole!) y porque la calidad de imagen y sonido era fantástica. Bueno, no sé si fantástica, pero era grandiosa: estábamos más cerca de la pantalla de lo posiblemente deseable (fila 3 de unas 15) así que la teníamos casi pegada a la cara, pero es que el sonido era maravillosamente ensordecedor. Los asientos vibraban cuando llegaban esos sonidos chillones e inquietantes que usa magistralmente Hans Zimmer —muy rollo las pelis de Batman de Nolan—, y hacían que la experiencia fuese sencillamente maravillosa.

Creo que lo he comentado alguna vez por aquí. Ocurre con ciertas pelis, ciertas novelas, o ciertas canciones. Nada más empezar a verlas, leerlas u oírlas, sabes que te van a entusiasmar. Que no vas a querer que terminen.

Pues con 'Dune: Parte 2' pasó eso.

Las casi tres horas se hacen cortas porque pasan tantas cosas tan espectaculares y tan bien contadas que solo piensas en que ójalá te hubieran contado más cosas y con más detalles. Yo, por ejemplo, estaré encantado de ver un potencial "montaje del director" si sale, porque ciertamente lo de esta película es espectacular por todos lados. La fotografía, la citada música y ambientación sonora, la historia, los personajes, los actores. Todo. No entraré aquí a hacer una crítica de cine, que no es lo mío. Simplemente quería contar lo mucho que me gustó la experiencia.

Con la mayoría de películas suele quedarme claro que verlas en el cine no aporta ya demasiado. Las actuales Smart TVs o un buen proyector son más que suficientes para disfrutarlas todas. Pero esta no.

Esta hay que verla en el cine. De verdad.

Qué maravilla, insisto. Qué espectáculo.