Donuts y muros de pago
Durante la Segunda Guerra Mundial a la Cruz Roja Americana se le pidió que proporcionara ciertos servicios al personal militar del ejército de los Estados Unidos. Establecieron los llamados clubmobiles, una especie de food trucks en las bases militares que el ejército iba estableciendo durante la guerra, y aquí viene lo bueno: en esos puestos ofrecían café y donuts gratis a los soldados.
De repente el Departamento de Guerra de los EE.UU. se cansó de aquello —o no quiso bajar la moral de los ingleses, que sí pagaban por sus donuts— y comentó que los donuts debían dejar de ser gratis. La Cruz Roja trató de oponerse, pero el Secretario de Guerra , Henry L. Stimson, les ordenó en una carta fechada el 20 de marzo de 1942 que cobraran por estos servicios.
Los donuts, que habían sido gratis, dejaron de serlo.
La Cruz Roja comenzó efectivamente a cobrar por los donuts, lo que provocó el rechazo absoluto de los soldados estadounidenses. No importa que aquella medida no durara mucho —algunos incluso ponen en duda que la historia fuera cierta y que se han tergiversado los hechos— y que los donuts de la Cruz Roja acabaran volviendo a ofrecerse gratuitamente: el daño ya estaba hecho.
Cuentan que los veteranos que volvieron de la guerra lo hicieron con un rechazo total de aquella organización. Aquel rechazo se transmitió a generaciones posteriores, dicen, pero curiosamente en la Cruz Roja no lo mencionan aunque confirman que se sirvieron 254 millones de donuts durante aquel conflicto.
El problema que los soldados nunca habían tenido que pagar por los donuts, así que cuando les pidieron que lo hicieran —la cantidad era casi lo de menos— lo consideraron casi como un insulto.
Ahora situémonos en el lanzamiento del muro de pago de El País (que ellos llaman simplemente suscripción). El periódico de referencia en España avisaba de ello el 1 de marzo pasado —yo lo contaba aquí— sin imaginar que había elegido un difícil momento para instaurar la medida: de repente la pandemia de coronavirus nos ha sacudido tanto a nivel sanitario como a nivel económico.
El País ha sido casi siempre gratuito en su edición online. Javier Lacort precisamente contaba el otro día aquel primer intento fallido de convertir a El País en un medio de pago online, y lo hacía por boca de algunas de las personas que estuvieron al frente de aquella iniciativa. El País fracasó, como sabemos, y ese fue el periodo en el que El Mundo logró convertirse en el referente de los medios online en España. El texto de mi compañero trataba de poner en contexto el nuevo movimiento de El País en este sentido, y a mí me encantó el texto, pero al llegar a los comentarios, desolación.
Leedlos un poco si os piace. "Poner suscripción a un periódico es escupir para arriba. [...] Vuestro negocio está a punto de morir". "Bajísima calidad informativo", "El periodismo es lo más deshonesto que hay", "todos los medios nos mienten", "¿Pagar por leer "noticias" (notense las comillas) filtradas por un partido u otro? No, gracias.", "Que no, que en la era digital, ya no pintáis nada…" "Su tiempo pasó. El contenido de sus artículos es insuficiente". Muy extendido el comentario este de que este medio está hecho "por becarios y sin valor añadido." O el de "Pagar por prensa??? Ni borracho"
Es descorazonador leer esos comentarios. No digo que El País sea perfecto. Hace cosas bien (o no tan mal) y otras mal (o no tan bien), como el resto de medios de comunicación. Y como todos ellos, no es parcial. Xataka tampoco lo es. Incognitosis, desde luego, tampoco. Nadie lo es, y es imposible que un medio lo sea: otra cosa es que luego haga las cosas con la máxima objetividad posible. Que tú te lo creas o no (ahora alguno soltará lo de "En Xataka estáis comprados por [Apple | Intel | Microsoft | Amazon | Facebook | Google | etc]") es otra cuesión: si ese medio no te gusta, no lo leas. Punto.
La cuestión va más allá de eso. Va de que todos esos comentarios apuntan a lo mismo: la gente no está dispuesta a pagar por los periódicos. Y yo creo que no es porque sean mejores o peores, o porque estén alineados con una u otra ideología política. No.
No quieren pagar por los periódicos porque son como los donuts. Antes eran gratis, y ahora quieren que la gente pague por ellos. Herejía.
Entre los comentarios hay algún apunte interesante. Uno de los lectores señala que lo que pasa es que estamos en otra era. "La era de los creadores de contenidos", dice. "Infinidad de talentosos indivíduos del mundo que, sin ataduras de ningún tipo y de forma incesante se adelantan eones al artículo enlatado de turno del medio que quiere comunicar 'de oídas' todo, pero que no está especializado en nada". Supongo que se referirá a El Rubius y demás peña. O a Marques Brownlee, o LinusTechTips, que son los que para mí marcan un poco la pauta en tecnología si vamos al enfoque "facilón". O a Gamers Nexus y Digital Foundry si quieres ir a algo más heavy.
Todos ellos hacen muy bien lo que hacen, sea entretenimiento o sea información. Pero es que hay otros diez mil que están haciendo lo mismo igual de bien y están comiéndose los kiskos. Veo algún análisis de smartphones o portátiles en YouTube y lo normal es que me dé igual ver haciéndolo a Marques o a un desconocido que está empezando en esto: me van a contar básicamente lo mismo. La diferencia está en que Marques ha logrado hacer las cosas bien antes que nadie y se lo está currando para mantenerse como referente. No es que cada vez que haga un análisis me vuele la cabeza. No digo "ostras, menos mal que he visto este análisis de él y no de otro". No. Todos cuentan básicamente lo mismo, insisto. Es información, y cualquiera pueda hacerla razonablemente bien si se lo curra. El tema es que el tipo que da la información te dé ese plus y esa confianza que hace que vuelvas a él. Quizás sea más gracioso, o haga algo especial en cada vídeo que te mole.
Lo miso ocurre con los medios de comunicación, ya sean periódicos como El País o El Mundo o medios verticales como Xataka. La diferencia está en la cantidad y variedad del contenido que pueden ofrecer frente a creadores individuales además de la calidad, temática, tono e incluso formato que usan cada uno, que el lector puede valorar positivamente o no, claro. Afortunadamente tenemos un poco de todo: tienes medios más o menos generalistas y medios (y sobre todo personas) que cubren nichos muy específicos. Creo que hay que conceder su valor a cada alternativa, pero reducirlo todo a un "sí que pagaría por ver los vídeos de ElRubius" o a un "no pienso pagar por los periódicos porque puedo encontrar lo mismo en cualquier lado" es una idea errónea.
Todo contenido (o casi todo) se puede encontrar gratis. El tema es que quien cobra o pretende recibir algo lo hace porque cree que su trabajo es diferencial para cierta gente. No para todos, claro, eso es imposible. Lo que me duele es eso de que ahora alguien considere que una cosa sí merece pagarse y la otra no. A ver cómo creéis que LinusTechTips se gana la vida: lo deja claro en cada vídeo: con sus patrocinadores, chavalotes. El tipo es buenísimo pero no es objetivo, y ya ha mostrado por ejemplo que no está muy a favor de cómo hace las cosas Apple aunque también haya vídeos positivos sobre algún producto de los de Cupertino.
El caso es que los muros de pago tienen ese problema: no molan porque le ponen precio a algo que siempre había sido gratis. Como lo de los donuts de la Segunda Guerra Mundial.
Y mientras, eso sí, parece normal que algunos chavales se estén forrando y animando a la gente a que compre ciertos productos (como yo hago con mis Incognichollos —no lo de forrarme—, que como sabéis son afiliados) pero no que los medios de comunicación de toda la vida quieran tratar de adaptarse a los nuevos tiempos poniendo precio a su trabajo. Que es justamente lo que habían hecho toda la vida en papel.
No sé. Me parece injusto. No voy a entrar en la discusión sobre si el muro de pago de El País es caro o barato (spoiler: es muy caro), pero sí quería recalcar lo que me duele esa aparente postura absolutista de "no pienso pagar por un periódico".
Ahí es donde querría yo que de una vez apareciese ese 'Spotify de los medios' que me permitiese acceder a varios de ellos pagando una cuota mensual única y que luego repartiese beneficios proporcionalmente al tráfico/tiempo/loquesea. Si solo El País o El Mundo aplican su muro de pago, lo tienen difícil. Si lo hacen todos los grandes medios generalistas del país, otro gallo cantará. Esto llama a la centralización, pero veremos.
Mientras tanto, ya sabéis: comprad donuts. Eso sí.