Dell UP2715K: así es la vida en 5K

Dell UP2715K: así es la vida en 5K
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Hace algo más de tres años declaré por aquí mi amor por los monitores 4K. Esas resoluciones mágicas que nacieron en smartphones pueden no tener sentido allí, pero sí lo tienen —y mucho— en diagonales mucho más amplias en las que más píxeles sí aportan tanto una mayor área de trabajo como una mayor definición.

Durante algún tiempo estuve planteándome la compra de uno de esos primeros modelos que irían apareciendo en el mercado en 2014, y de hecho aquel verano lo tenía casi totalmente claro. Había varios candidatos como ese Samsung U28590D que fue el primero que rompió los precios y arrastró a la competencia.

Logré aguantar las ganas, y de hecho tuve la oportunidad no solo de trastear con algún 4K (o más bien UHD, pero ya me entendéis), sino con aquel iMac Retina 5K que desde luego ofrecía una pantalla alucinante pero una configuración hardware que no era apta para gente

normal

con un poquito de criterio.

Acabé decidiendo que era mejor no había llegado mi momento, y me acabé comprando un BenQ GW2765HT, un excelente monitor 1440p que de hecho acabó siendo mi salvación tras una de mis particulares historias de terror con compras en el lejano oriente. Lo barato, comprobé una vez más, salía caro.

En esas andaba, feliz e ignorante con mi monitor 1440p. Y entonces me llegó una particular revelación friqui. Lo que yo necesitaba no era un monitor 4K, sino uno 5K. Tenía claro que una resolución de 3.840 x 2.160 era chula, pero en los modelos de 27 pulgadas que aparecían en el mercado el escalado ideal del 200% dejaría estas pantallas en una especie de "Retina 1080p". Válido para muchos escenarios, pero no para mí. Yo quería más.

Eso es precisamente lo que prometían los monitores 5K, que con una resolución de 5.120 x 2.880 píxeles facilitaban jugar con todo tipo de escalados pero sobre todo con uno perfecto para mí, el 1440p que estaba utilizando ya pero que en estos monitores ganaría en definición de forma asombrosa. El problema era que había pocos monitores 5K. No solo eso: los que había eran caros. Carísimos. Tocaba esperar.

Maravilla de las maravillas.

Durante los últimos meses he estado ojeando la evolución de los precios de los monitores 5K, y había un modelo que era especialmente atractivo: el Dell UP2715K (dios mío, Dell tenía que ser), que había cosechado excelentes críticas en los análisis que había visto y que era bastante más económico que sus competidores. Rondaba los 1.000 euros, aún demasiado para mí, así que gracias al servicio CamelCamelCamel puse una alerta. Si baja de los 700 euros, camellito, avísame que me tiro a la piscina.

Dicho y hecho. El pasado 10 de marzo me llegó el correo mientras andaba de parranda, pero en un momento de lucidez consulté el teléfono y vi la oferta. Un modelo reacondicionado por 688,19 euros en Amazon, barato gracias a ese dato y que no podía dejar escapar. Era demasiado tentador. Pero claro, ante compras de este calibre tocaba preguntarle a mi bienamada esposa, que entre sus muchas virtudes tiene una que me gusta especialmente: me apoya en

casi

todas mis compras friquis. Imaginad la escena:

—¡Sally, Sallyyyyy! ¡Que el monitor de Dell está de oferta! —grité con los ojos desorbitados. Pulso subiendo. Telele en desarrollo.

—Ay Harry, de verdad, relax. ¿Lo cualo? —respondió Sally paciente.

—¡Pues el monitor 5K de Dell que llevo meses persiguiendo! Es reacondicionado, pero a este precio me parece una ganga! ¿Qué hago Sally? ¿Me lo compro? ¿No me lo compro? ¿Me escapo con Blake?

—No seas tonto —dijo Sally cortando cualquier opción. Harry se había equivocado, no era el momento —. De Blake olvídate, que me queda cuerda para rato.

—Bueno, vale —contestó Harry derrotado parcialmente—, pero ¿Y el monitor? ¿Qué hago?¿Qué hagooo?

—Pues cómpratelo, Harry. Bastantes pocos caprichos te das en la vida. Además, si alguien lo va a disfrutar ese eres tú. A por él, esposo mío.

—Ay, Sally. TALT —contestó Harry—. Eres la mejor. ¿Lo pagamos a pachas, no?

—Vas listo.

Tenía que probar con aquella última pregunta, pero lo importante era lo importante. El WAF (Wife Acceptance Factor) era del 100%, así que procedí a la compra y recé para que el monitor reacondicionado no acabara siendo un modelo castigado y un pequeño fraude.

Mientras el monitor llegaba, por cierto, había planteadas dudas importantes. La más relevante, la de si podría conectarlo a mis equipos actuales. En el Dell XPS 13 (9343) estaba claro que no había opción: su salida DisplayPort sí daba soporte a una resolución 4K, pero no a una 5K. La cosa era algo más probable en mi PC de sobremesa, en el que como alguna vez he comentado tengo una AMD Radeon R9 280 de Powercolor, una tarjeta que conectaba por DVI al 24 pulgadas de BenQ pero que, atención, tiene dos salidas Mini DisplayPort.

Mi duda, claro era si esas salidas serían suficientes.

Teóricamente sí: precisamente el Dell UP2715K soporta resoluciones 5K gracias a la conexión simultánea de dos cables DisplayPort. Lo que no tenía tan claro es que lograra aprovechar esa resolución con una tarjeta algo más "madurita" como esta. La compra del monitor podía implicar otra compra interesante: una nueva gráfica que ya tenía mirada: sería la MSI Radeon RX 480 de 4 GB, sobre todo por el poco ruido que genera. El problema, claro, es que no es una gráfica del todo barata: a 245 euros en Amazon actualmente la opción era intentarla conseguir más barata en otras tiendas como Amazon.fr, donde con el envío incluido saldría por 210 euros. Hasta me planteé la compra del modelo de 8 GB de VRAM, que en PC Componentes está a 279 euros.

Tendría que esperar a resolver el enigma, y además para comprobar si tendría que hacer la inversión o no habría coste adicional: tenía que comprar dos adaptadores de Mini DisplayPort a DisplayPort, así que busqué en San Amazon y encontré estos de la marca Ranki por 7,99 euros. A por ellos, que son pocos y cobardes.

El pasado 15 de marzo se produjo el milagrito. El monitor llegó (lo avisé en Twitter con un mensaje poco definido, pero creo que nadie lo vio) al mismo tiempo que los dos adaptadores, así que en cuanto tuve un ratito libre por la tarde me puse manos a la obra. Quité el BenQ de en medio (con mimo), puse el Dell UP UP2715K encima de la mesa, conecté los adaptadores y...

Mon dieu.

Qué cambio, amigos lectores. Qué maravilla. Qué p*** maravilla. ¿Recordáis cuando hablé del salto de calidad HD vs SD? Pues el salto visual es más o menos el mismo.

Los píxeles desaparecen. Adiós.

En todos los análisis que se pueden leer del monitor 5K y de muchos monitores 4K veréis casi siempre lo mismo: perfiles de color, tiempos de respuesta, comportamiento en videojuegos y (con suerte) algún comentario sobre el escalado. Y siempre, siempre, siempre, comentarios sobre si se puede jugar en estos monitores y cómo es la experiencia en juegos 4K o 5K.

Estos monitores no son (casi nunca) para eso. Estos monitores son para trabajar, y hacerlo además con una experiencia visual que os aseguro que es difícil de trasladar con palabras.

Algunas de las cosas que caben en resolución 5K. Entre otras, una peli en 4K y espacio para una buena ventana del navegador. La imagen en su resolución original, aquí.

Es como si uno leyera y escribiera sobre papel. Ya no lees sobre pantalla. La sensación es esa que alguna vez comenté en el Galaxy S7 Edge, cuya pantalla parece que sea una pegatina por lo bien que se ve. En este monitor todo es como una pegatina. Para alguien que se pasa leyendo y escribiendo el 99% del tiempo en su ordenador, eso, creedme, es una bendición.

Pero claro, no uso el monitor con la resolución nativa. ¿Podría? Bueno, os aseguro que tengo una vista que salvo por cierta presbicia latente es privilegiada. De lejos, de hecho, veo (o al menos veía) en plan halcón. Recuerdo que en la facultada daba igual que me pusiera lejos de la pizarra: los compis no miraban la pizarra, acababan copiando de mis apuntes, los muy listos.

Eso no es suficiente para utilizar un monitor de 27 pulgadas con resolución 5K. Evidentemente puedes manejarte un poco, pero sin escalar tipografías estarás perdido, y yo diría que con 4K pasa básicamente lo mismo. Se ve todo de tamaño pulguita, y aunque las capturas de pantalla dejan claro que con esa resolución se pueden meter muchas cosas en una pantalla, la realidad es distinta. Esos pantallazos, lo reconozco, son para molar.

Otro ejemplo más de todo lo que cabe. La imagen en resolución original, aquí.

De hecho aún estoy experimentando con los escalados de Windows, que te ofrece escalar a 125%, 150%, 175% o 200% para encontrar la resolución de trabajo con la que te encuentres más cómodo. Ahora mismo estoy con un 200%, que es la que me proporciona ese modo "Retina1440p" por llamarlo de algún modo en el que cualquier comparación con mi BenQ de 27 pulgadas deja a ese pobre monitor en muy mal lugar. Os prometo que no se veía nada mal, pero es que este se ve tan bien que la diferencia es patente. Como ha dicho alguno más por ahí, será difícil que dé un paso atrás algún día y me vuelva a un monitor "normal". Esto es demasiado bonito. Demasiado definido.

Los problemas de escalado son visibles, pero no especialmente molestos. Este es un ejemplo que podéis ver mejor en resolución original, aquí.

¿Existen problemas de escalado en Windows 10? Lo cierto es que sí, algo que a estas alturas resulta un poco chocante. Dicen que la Creators' Update corregirá los problemillas de modos HiDPI que aún existen, pero yo estoy con al última compilación ahora mismo escribiendo esto como parte del programa Windows Insider y los problemas persisten. Ahora bien: ¿son importantes esos problemas?

No.

Es cierto que en algunas aplicaciones y con algunos escalados efectivamente pasan cosas raras. En Slack, Spotify e incluso en alguna instancia de Office de repente los clientes aparecen con todos los elementos visuales desenfocados, síntoma evidente de que algo falla en el escalado. Puedes trabajar con ello, pero es como ver el pasado y el futuro en un mismo monitor. Lo cual, por cierto, te hace valorar aún más la calidad que te da el monitor.

Trabajar en 5K con un escalado del 200% da como resultado este modo "Retina 1440p". Brutal. La imagen en resolución original, aquí.

Con un escalado adecuado (como este de 200% que estoy usando) eso ya no pasa, pero si quieres aprovechar algo más la resolución de pantalla lo suyo es como digo aprovechar esas distintas escalas y ponerte, por ejemplo, a un 150% de escalado o a un 175%. En Windows 10 puedes seleccionar una resolución de partida y escalar sobre ella, algo que te permite jugar con combinaciones de todo tipo.

En mis limitados experimentos he dejado la resolución 5K, y lo que hago es escalar sobre ella. De hecho si bajo resolución y escalo la cosa empeora notablemente: El modo 5.120 x 2.880 con un escalado del 200% se ve increíble. Si elijo el modo 2.560 x 1.440 con un escalado del 100% debería ver todo igual de bien... pero no es así. Se ve todo borroso. Aún sigo haciendo experimentos, porque tengo que empaparme un poco del tema HiDPI que de hecho en Microsoft explican por ejemplo un poco por aquí.

Sea como fuere, insisto, la calidad de imagen es asombrosa. A mí no me interesa ver más, sino ver mejor, así que en lugar de usar un modo con mucha resolución y mucho área de trabajo me centro en usar un modo con un escalado que me permita ver todo como lo veía antes (1440p) pero mejor. De hecho el modo de 200% es un poco exagerado, y probablemente acabe trabajando con un escalado del 175% o incluso del 150%. Por debajo de eso la cosa se pone peligrosa.

Lo decía Linus en ese videoanálisis de hace dos años, por ejemplo, y aunque de nuevo insistía en el tema de los juegos en 5K, en el resto de temas daba claves interesantes. Pero seguro que estáis preguntándoos qué tal se porta el monitor en juegos a pesar de todo lo que he dicho, ¿a que sí?

Pues el caso es que solo he probado un juego. Adivinad cual. Lo cierto es que no tenía todas conmigo: ¿afectará que la resolución nativa sea tan alta? ¿Irá todo a pedales? ¿Dejaré de poder mejorar mi nivel a ese juego al que demostré que con un GTX 1080 no sería mejor?

Battlefield 1 a 1.920 x 1.200. La imagen en su resolución original, aquí.

Pues no. El juego va igual de bien en este monitor. Diría que mejor, pero probablemente eso es porque el panel es mejor y porque, todo hay que decirlo, que la pantalla sea glossy, como las de los iMac o MacBook Pro, le da ese toque molón especial que cuando uno trabaja en interiores es un plus y no un minus. 'Battlefield 1' se movía perfecto, igual de bien (o de mal, según se mire) que en mi antiguo monitor, y aunque no he hecho pruebas si mantengo mi resolución de juego de siempre, 1080p, adecuada para mi gráfica, disfruto como un enano. Pero claro, tengo un monitor 5K. ¿Qué pasa si cambio la resolución de juego a esta bestialidad?

Battlefield 1 en 5K. La imagen en resolución original, aquí.

Pues que el juego apenas se mueve. Mi pobre Radeon R9 280 se queda totalmente tirada, y va a aproximadamente 1 fotograma por segundo. Quizás menos. Demasiada tralla. Lo poco que he aguantado en ese modo (hacer nada es imposible) he intentado detectar si las diferencias eran tan grandes y la verdad, no he visto tampoco una revolución. Pero claro, a esa velocidad es difícil apreciar: probablemente si tuviera un par de GTX 1080 Ti funcionando en SLI estaría diciendo otra cosa. Es cierto que si uno compara las dos imágenes de arriba las diferencias sí comienzan a hacerse evidentes, pero a la velocidad a la que se mueve en 5K creedme, difícil hacerlo. Además, como no tengo esas GTX en SLI, yo feliz. ¿Funcionan bien los juegos? Check.

El único inconveniente de aprovechar el modo 5K es que tengo que hacerlo, como decía al principio, desde el sobremesa. Eso hace que vuelva a usar con frecuencia un equipo que tenía algo abandonado, sobre todo porque buscaba menor consumo dado que utilizo muchas horas seguidas el ordenador. ¿Qué tal se porta el monitor conectado al Dell XPS 13?

Pues igual de estupendo. Curiosamente mi cable de mini DisplayPort a DisplayPort (el que usaba con el BenQ) no funciona, y he acabado usando el mini DisplayPort a mini DisplayPort que viene con el Dell UP2715K porque las otras dos entradas están ocupadas para conectar el PC de sobremesa claro. Es uno de los pocos peros de este monitor: tiene pocas entradas, y además no le vendría mal contar con al menos una HDMI. Es una lástima (no puedo conectar la RPi directamente, porras), pero tampoco me quejo: para lo que yo quiero, me sobra.

I'm lovin' it.

Al conectar el Dell XPS 13 tengo que seleccionar la entrada, algo que hace que inmediatamente el Dell XPS 13 quiera trabajar en

4K

UHD. A lo bestia. Al final hago lo que en el PC: utilizo la resolución de 3.840 x 2.160 que detecta nativamente, pero le aplico un escalado del 150% para poder trabajar como yo quiero y necesito. El resultado, de nuevo, es espectacular, y de hecho tengo serias dificultades para notar diferencias entre lo bien que se ven las cosas en 4K y en 5K. No sé si hay diferencias de hecho, pero eso me hace plantearme una duda: quizás me hubiera bastado con un monitor 4K. Pero entonces veo el modo 5K al 200% con el PC y me digo "¡pamplinas!".

Tengo que probar unas cuantas cosas más, y entre ellas ver qué tal se ve alguna distro Linux en este prodigio de monitor, pero lo cierto es que esta es una de esas compras que enamoran. Es probablemente la mejor compra tecnológica que he hecho en mucho, mucho, mucho tiempo, y creo que este monitor me va a durar un porrón de años.

Por cierto, si os interesa comprarlo, la cosa está difícil. No lo veo disponible en ningún lado, y en Amazon.fr, donde sí aparece a 1.299,90 euros, te indican que está fuera de stock. No sé si Dell estará a punto de presentar una renovación, pero lo cierto es que apenas ha habido novedades en el mercado de monitores 5K, parece que este segmento ha quedado contento con las unidades 4K que, desde luego, pueden ser una buena opción si buscáis ese "efecto pegatina" que ahora estoy disfrutando en mi Dell UP2715K.

Si tenéis preguntas, sugerencias o comentarios, disparad. Las leeré y contestaré todas con paciencia y buena disposición. Y en resolución 5K, claro ;)