De verdad, odio los teléfonos grandes

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Hoy me he auto-robado tema que tenía pensado en Incognitosis y me he puesto con él en Xataka Móvil, donde cuadraba más y donde seguro que iba a dar pie a un buen debate. La verdad es que lo de los smartphones de gran tamaño es algo que sigo sin acabar de entender del todo.

Entiendo que más pantalla ofrece ventajas interesantes (más espacio para todo, y también más batería) pero lo de no poder llevarlo cómodamente es, para empezar, un tostón. En mi caso, moverme con un cinco pulgadas en los vaqueros es normalmente una tortura, y he probado varios. Pero luego está el otro gran inconveniente: tener que manejar el móvil a dos manos. Lo que debería ser en una opción ergonómica ocasional se convierte en algo obligatorio, y eso acaba siendo un precio demasiado alto para mi.

Conozco bastantes casos opuestos al mío. Lo de probar un phablet y no volver a diagonales de menor tamaño es algo comprensible, pero a mi la fiebre por las grandes diagonales sigue sin afectarme. Y eso es un problema porque voy a contracorriente. El ejemplo perfecto: el OnePlus One, un smartphone sencillamente increíble en especificaciones que hoy por hoy deja atrás incluso a los Nexus 5.

Pero claro, tienen un problema (para mi). Esa diagonal de 5,5 pulgadas los hace, al menos a mis ojos, gigantescos. Porras.