¿De verdad necesita Apple un año para lanzar OS X 10.10 Yosemite?

¿De verdad necesita Apple un año para lanzar OS X 10.10 Yosemite?
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Últimamente se me llena bastante la boca cuando hablo de Apple, pero es que muchas de las cosas presentadas para iOS 8 en el WWDC me parecen una soberana vergüenza. Hay otras que no, desde luego, pero si me pongo a hablar de OS X 10.10 Yosemite vuelven las decepciones y el mal rollo.

Hace bastante que en Cupertino descuidan a su sistema operativo de escritorio, y las mejoras de este año lo han sido únicamente porque para Apple los móviles siguen siendo lo realmente importante (algo lógico dado el mercaod actual). Continuity y Handoff son dos opciones que van dirigidas a esa convergencia que sigo concibiendo como futuro ineludible, y que aparentemente están muy bien llevadas a cabo. En MacWorld hablaban ayer de esa idea del "Pocket Macintosh" que yo hace ya bastante que tengo clara, pero me temo que en Apple de momento no tirarán por ahí, que es lo que a mi (y supongo que a otros muchos) nos gustaría.

Salvo por esas dos novedades, Yosemite es prácticamente intrascendente. Las mejoras visuales son bienvenidas, pero ¿de verdad que para eso necesitas todo un año? Tampoco es que los cambios sean tan brutales: un poco de la iconografía y la tipografía, y, eso sí, un Spotlight mucho más protagonista y preciosista que para mi es claro destacado de la experiencia. Safari no está aún disponible (estoy con la PR y la cosa va lentita), pero da igual porque para lo único que lo uso es para ver la keynote en la WWDC. Las mejoras en Mail a mi me resbalan porque uso la interfaz web de Gmail, y de usar un cliente de correo electrónico de escritorio para OS X acabaría usando Sparrow (aunque esté ya abandonada) o cualquier otra alternativa. Y la crítica continúa tras la pausa, que me he explayado una vez más.

Puede que lo esté mirando desde la perspectiva equivocada, claro: en realidad OS X se ha actualizado únicamente para que se lleve mejor que nunca con los iPhone. Apple quiere encerrar aún más a sus usuarios en su ecosistema, algo que no es nuevo pero que a mi siempre me rechina. En lugar de abrir puertas, las cierran. Y lo hacen obviando mejoras evidentes que sorprendentemente siguen sin llegar tras cada una de las distintas versiones de OS X. A saber:

  • Soporte de los recursos compartidos: en casa este tema es un verdadero infierno desde el MacBook Air. Mi pecado, claro está, es haber comprado un NAS de Synology y trabajar con un equipo Windows 8 también. Herejía. Las carpetas compartidas del NAS o de mi PC son enemigas acérrimas de OS X Yosemite, y el otro día tuve que tirar de terminal (bendita terminal) para poder montar una de ellas tras intentarlo inútilmente vía Finder con todo lo que se me ocurría. Son ese tipo de cosas que uno no entiende de una plataforma en la que, dicen, todo funciona sin más. Incompleto. Funciona si todo lo que te rodea es de Apple, of course. Si no, apáñatelas, majo, porque en Cupertino no harán prácticamente nada que favorezca el trabajo en entornos heterogéneos.
  • Gestión de ventanas: Hace años que uso Cinch para poder emular el efecto AeroSnap que lleva años y años disponible en Windows y que permite colocar ventanas a cada lado de la ventana de forma sencilla. Hay muchas variaciones sobre este tema y gestores de ventana específicamente destinados a ofrecer un sistema más potente a la hora de colocar ventanas de aplicación a lo Mondrian. Ya sabéis, cuadraditos por todos lados en un precioso mosaico que permita ver varias ventanas en el escritorio al mismo tiempo. En HackerNews hablaban hoy -de hecho, eso ha inspirado este post- de Hydra, uno de estos gestores de ventanas para 'hackear' (un poco exagerado) OS X. Hay muchos más, como Spectacle, Slate, Phoenix, Keyboard Maestro, Amethyst, SizeUp, Zones For Mac o Moom. Muchas alternativas para algo sencillo que en Apple siguen sin querer añadir a pesar de que, entre otras cosas, es importante como complemento a ese soporte de resoluciones 4K que hace más que importante un gestor de ventanas preparado para aprovechar el espacio. Pero no os preocupéis: seguro que en 2015 lo presentan como la gran novedad de OS X 10.11 y el escenario se viene abajo de los aplausos. Y será verdad.
  • Gestión de tareas: Es increíble, INCREÍBLE, que a estas alturas en OS X sigan considerando cada aplicación como una tarea. Una tarea es una tarea: si tengo dos instancias de Chrome, quiero que me las separes (de hecho, cada pestaña de Chrome es un proceso independiente, pero eso ya es hilar demasiado fino). El gestor de tareas de OS X 10.10 es, como en anteriores ediciones, una patata. Al querer cambiar de una tarea a otra con Command+Tab sólo obtengo aplicaciones sin más, no ventanas de aplicaciones como sucede en Windows o Linux. Para solucionarlo yo uso Witch, y quien me diga que eso no es más cómodo que utilizar algo tipo Exposé para ir pasando de una ventana otra es porque no ha manejado ambas opciones. Yo sí lo he hecho.

Hay algunas cositas más que me dejo en el tintero para dar un respiro a los fanboys, pero no me sirve la excusa de que a ellos les vale así. Hay mejoras incrementales que ayudan a crear sistemas más usables y potentes, y son paradigmas aceptados que no acaban de llegar a OS X porque, supongo, en Apple pasan bastante de un sistema que cumple la papeleta. Quizás algún día se den cuenta de que escuchar a los usuarios (o prestar atención a qué desarrollos tienen más éxitos para mejorar la usabilidad de OS X) suele ser un acierto.

O quizás no. Que estamos hablando de Apple.