De nativos digitales, nada
Cojo el testigo de Antonio, que creo que el tema lo merece. Ayer mi compañero Juan Carlos González publicaba en Xataka 'Contra el mito de los nativos digitales', un artículo en el que ponía los puntos sobre las íes en esa leyenda urbana de que las nuevas generaciones ya no llegan con un pan bajo el brazo, sino con un tablet o un smartphone.
Para los que somos padres es frecuente lo de comentar lo natural que parece para los enanos lidiar con los portátiles, tablets o smartphones. Yo mismo puedo presumir de tener una futura hacker en casa, porque lo que logra hacer con el MacBook Air es, en mi opinión -no es orgullo de padre, ya sabéis- alucinante.
El problema es que puede que lo que hace no sea tan alucinante (en el caso de mi hija sí, insisto). Como apuntaba Antonio, parece que controlan a la perfección lo de pasar las fotos en el móvil o en poner vídeos de YouTube en secuencia y siempre relacionados con lo que quieren ver. Pero más allá de eso, ¿qué?
En palabras de educadores y profesionales, ese "talento natural" no existe. Pocos enanos (y no tan enanos, por supuesto, pero ese es otro tema) saben enfrentarse a un problema informático cuando éste se les presenta (como aquello de "Internet no funciona"), y si se les saca de ese juego o esa aplicación que dominan de tanto usarla, están perdidos. Como en cualquier otra disciplina, por supuesto: que el niño sepa hacer zoom en las fotos del iPhone a los dos años no significa que se vaya a convertir en presidente de Google a los 30. Qué más quisieramos.
Muy relacionado con ese tema está esa pregunta que muchos padres frikis creo que nos hacemos. La de cuándo empezar a enseñar a los niños algo de programación, y cómo hacerlo. En FastCompany publicaban hace unas semanas 'Should I teach my kid to code?' un fantástico texto al respecto (lo enlacé en Flipcognitosis, por cierto), y en él enlazaban a varias propuestas en este sentido, pero en el que me gustó una frase en particular que provenía de otro artículo, 'Maybe not everybody should learn to code', de Slate:
We don’t need everyone to code--we need everyone to think. And unfortunately, it is very easy to code without thinking
Es lo de siempre: hay que ir pasito a pasito, y de hecho me planteo apuntar a mis niños a ajedrez en cuanto sea posible y no intentar machacarles con cursitos de Scratch, PHP o Python en cuanto tengan uso de razón. Quizás estoy influido por mi propia experiencia -me encanta el ajedrez, aunque sea un paquete- y por un par de prodigiosas columnas de Arturo Pérez-Reverte ('Sobre niños, vida y ajedrez' y, desde luego, 'El maestro de ajedrez'), pero me gusta ese concepto de que aprendan a pensar antes que aprendan a programar.
O mejor dicho. Que aprendan a pensar antes de aprender siquiera a vivir. Menos nativos digitales (sobreprotegidos, y eso daría para otro post), y más aprovechar esa inmersión natural en la tecnología en la que han nacido para que aprovechen esa tecnología adecuadamente. Y no precisamente para hacer zooms o para jugar al Crash of Clans.
Imagen | Getty