De mayor quiero ser como Pérez-Reverte

Diez de la noche. Sally, agotada tras un domingo de actividades varias, se fue a dormir por sorpresa tras acostar a los niños. Yo, que acababa de darle cera a los otomanos en la Fortaleza de Fao, me encontré ante el dilema: ¿vuelvo a la partida, o me dedico a actividades más cultas?

Por una vez tiré de actividades más cultas y me dispuse a leer. Un libro electrónico, para más señas. Acababa de terminar unos días antes 'Eva' (en papel), la estupenda segunda entrega de la serie Falcó, de Pérez-Reverte, y sin ideas claras sobre qué leer a continuación acabé decidiéndome por un libro electrónico de ciencia-ficción llamada 'El despertar de Leviatán' que había comprado unas semanas atrás. Algo teóricamente facilón y que Amazon me había recomendado tras leer cosas como 'El marciano' o 'Ready Player One'.

Veinte minutos después, no podía más. Aquello, sin ser un desastre, no me llamaba la atención, así que dejé ese libro (electrónico, insisto) y me conecté a la tienda del Kindle para ver qué me proponía el servicio.

Con los libros me ocurre algo peligroso: un buen libro me atrapa y me da esperanzas en que todos los demás me atraparán, así que enseguida empiezo el siguiente. Un mal libro, por contra, me produce tan mal sabor de boca que dejo de leerlo y paso semanas —meses, incluso— sin darle una nueva oportunidad a la lectura de otro título.

Con 'Eva' y esa otra novela me pasó algo así. Estuve a punto de comprar el '4, 3, 2, 1' de Auster del que me habían hablado bien, pero su longitud (960 páginas) me asusta. Al ritmo que estoy leyendo últimamente, bien podría durarme hasta 2025. Compré 'The man from St. Petersburg' de Ken Follet, valor seguro si quieres lectura de entretenimiento, sin más (lectura de palomitas, podría decirse, y me mola leer algo largo en inglés de cuando en cuando), pero de repente no me apeteció abrirla y la dejé ahí, para un mejor momento.

Fue en ese momento cuando acudí al consejo de un buen amigo, que en una conversación hablada y luego en otra reciente en WhatsApp me había recomendado 'El problema de los tres cuerpos', del escritor chino Cixin Liu. No es que yo lo buscara en la tienda Kindle, no: apareció ahí como por arte de magia, entre los recomendados para mí. Paranoias aparte —justificadas o no—, caí en la recomendación, me gasté los 8 euros que costaba y empecé a leerla.

Otros veinte minutos después, desistí de nuevo. Quizás fuera que el sueño empezaba a hacer su efecto, o quizás que eso de que tanto nombre chino me resultara pesado, pero el caso es que esas primeras páginas no me engancharon. No me he rendido del todo, pero la primera impresión (y en los libros, como las películas o las personas, la primera impresión es fundamental) no es prometedora.

No pensaba en nada de eso hoy cuando meditaba sobre qué escribir en este blog. Y de repente me encuentro con la polémica de hace unos días. Ya sabéis, la de los portavoces y las portavozas. Y me digo, venga, vamos a hablar un poco del tema en Incognitosis. Y tras consultar algunas columnas de opinión con más o menos gracia, me acuerdo. "¿Qué habrá dicho de esto Pérez-Reverte? Porque seguro que algo habrá dicho", pienso. Me pongo a buscar y antes de llegar al tema en cuestión, visito el apartado de XLSemanal en el que tiene sus columnas. Y me digo: "mi post puede esperar". Y me leo la primera, y luego la segunda, y luego una tercera.

Y en todas ellas me maravillo. Del principio, o del desarrollo o, sobre todo, del final. De esas frases cortas y contundentes, de esos giros, de esas descripciones de personajes, de esas expresiones intraducibles de aquí, de esos cierres geniales a sus pequeñas historias. Y tras leer esa tercera columna, me doy cuenta de por qué me gusta Pérez-Reverte y tantos otros autores no. Porque mientras que a otros les leo en diagonal, a este señor le leo de izquierda a derecha y de principio a fin, paladeando su prosa perfecta y algo gamberra. Su ritmo y sus giros. Su uso frecuente (aleluya) de unos diálogos que me meten en sus novelas mucho más de lo que lo hacen otros muchos.

Porque es así: otros se enrollan en aburridas e interminables descripciones. Señores autores: en la mayoría de los casos, me importa un bledo el silencioso aroma de las paredes, la lámpara china de tres piezas que emitía su luz pálida todos los días a las 8 y 20 o si aquel viento emponzoñado soplaba con una tristeza otoñal. Me la refanfinfla. Cuénteme algo —por muy otoñal que sea— y déjense de rollos, por dios.

El caso es que tras disfrutar de esas lecturas y apuntarme leer todas las columnas atrasadas que aún tengo por leer, me centro en la cuestión. Ya sabéis: lo de qué habrá dicho el maestro sobre el tema de las portavozas. Y me encuentro con esto:

https://twitter.com/perezreverte/status/961750576148172801

Seguramente habréis leído ya ese tuit, pero si no lo habéis hecho, resume un poco mi idea de la cuestión, que no es otra que politizar el idioma y convertirlo en otra cortina de humo para problemas mucho más relevantes. No es algo nuevo, pero eso no significa que sea agradable.

No al menos para mí. Ya me habéis leído en alguna ocasión hablar del tema, pero soy pragmático en casi todo... menos en el lenguaje. Con esto soy muy talibán, y últimamente sostengo una particular cruzada contra ese infame uso del infinitivo en lugar del imperativo. Soy lo suficientemente listo como para corregir solo a quien sé que va a aceptar de buen grado la corrección, pero las patadas al diccionario, sean esas u otras, son constantes y asombrosas a mi alrededor.

Lo

gracioso

triste es que ahora darle patadas al diccionario parece estar de moda. Ser cool. Da miedo decirle a alguien que esto se dice así porque lo normal es que la gente acabe tachándote de listillo y de pedante. "Pues yo lo digo asá", te responderá el ignorante o la ignoranta de turno. Corregir es de valientes y reconocer el error de sabios, y en esta era en la que los cobardes y los ignorantes nos rodean hacer lo primero es más peligroso que nunca.

Uno luego puede argumentar que lo que no podemos hacer es hablar el mismo español que el que se hablaba hace 500 años... o 50. Y no lo hacemos, afortunadamente. El idioma evoluciona, y como siempre me dice mi bendita madre —que siempre fue y será la madre más guapa de todo el cole—, "el uso hace la norma". Ella sabe de lo que habla, porque ya he contado alguna vez que es filóloga hispánica y ha aprendido, disgustos por medio, a no corregir más que a quien quería ser corregido.

No sé si portavoza acabará siendo aceptado por la RAE como acabó siéndolo jueza, por ejemplo. Si lo hace probablemente será por la misma razón por la que otras tantas palabras y palabros (sorpresa, término coloquial incluido en el DRAE) se han aceptado: porque se habían convertido en términos de uso general, aceptados por los hispanohablantes de forma masiva. A menudo la RAE ha acabado aceptando vulgarismos como 'murciégalo' o 'almóndiga' por esa circunstancia, pero de cuando en cuando logra resistir los embates del destino. De momento 'cocreta' no está aceptado, como tampoco lo está esa expresión del 'contra más...' que me provoca espasmos cuando la oigo.

https://twitter.com/RAEinforma/status/961204000086462464

Para eso está la RAE, queridos y queridas, y creo que con sus luces y sus sombras (quitarle la tilde al 'sólo' y a los demostrativos fue un golpe a traición) sus miembros

y miembras

hacen un gran trabajo. Convertir el idioma en arma política arrojadiza es lamentable, pero afortunadamente ahí están académicos como Pérez-Reverte que además de escribir estupendamente (opinión personal) tiene los santos c****** de cerrarle la boca a quien lo merece cuando lo merece y de portarse como un valiente corrigiendo a diestro y siniestro.

https://twitter.com/perezreverte/status/490039092550586368

El chiste es de 2014, ojo, pero viene muy al caso porque hace tiempo que Pérez-Reverte hace mención a ese afán de igualdad en el idioma que lleva a situaciones absurdas. Dicho lo cual, me despido con otro guiño humorístico que creo resume bastante bien la situación que hemos vivido con esta polémica en particular en este país cada vez más de pandereta que es España.

https://twitter.com/esmoneo/status/961497590046044162?ref_src=twsrc%5Etfw&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.elespanol.com%2Fsocial%2F20180208%2Fportavoces-portavozas-irene-montero-hace-llorar-rae%2F283472054_0.html

Ir

Id todos en paz.