De cómo los comentarios condicionan nuestra percepción de lo que leemos

De cómo los comentarios condicionan nuestra percepción de lo que leemos
trolls
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Hace un par de días aparecía un artículo en Engadget en el que el autor daba su visión sobre Firefox OS. El contenido del artículo, que comparaba el camino tomado por Fifefox OS con el de Chrome OS, era muy interesante. Los argumentos, coherentes. Y las conclusiones, razonables. Incluso convincentes. Hasta yo, que tengo ciertas esperanzas de que Firefox OS tenga éxito, tuve que estar de acuerdo con parte de esas conclusiones en las que el autor afirmaba que Firefox OS no llegaría a ningún lado.

Y entonces comencé a leerme los comentarios. Y sucedió algo que sucede de cuando en cuando. Que esos comentarios eran aún mejores que el propio contenido. Varios usuarios con experiencia en temas como la programación HTML5 desmontaron algunos de los argumentos del autor original -como el hecho de que los clientes HTML5 sí pueden ser impresionantes, como demostró Fastbook-, y acabaron devolviéndome a la realidad: Firefox OS sí tiene futuro, al menos en dispositivos móviles donde sí estamos acostumbrados a esa filosofía "always on" que defienden tanto este proyecto como Chrome OS. De hecho en esos mismos comentarios destacaban precisamente que en Firefox OS el uso de recursos y aplicaciones en local y offline es totalmente factible, y de hecho será una de las ventajas de ese proyecto.

En esas estaba cuando ayer me encontré con este otro artículo titulado "This Story Stinks" del New York Times, en el que los autores precisamente inciden en la relevancia de los comentarios, y como algo tan aparentemente superficial como el tono puede condicionar no solo nuestra comprensión o aceptación de ese contenido, sino nuestro tono posterior a la hora de comentar:

But when it comes to reading and understanding news stories online €” like this one, for example €” the medium can have a surprisingly potent effect on the message. Comments from some readers, our research shows, can significantly distort what other readers think was reported in the first place.
But here, it€™s not the content of the comments that matters. It€™s the tone.


En el estudio al que hacían referencia en el artículo del NYT quedaba claro que el tono de los comentarios en dos artículos idénticos presentados a distintos grupos de usuarios condicionaba totalmente la percepción de los lectores.

The results were both surprising and disturbing. Uncivil comments not only polarized readers, but they often changed a participant€™s interpretation of the news story itself

No es que el estudio ofrezca unas conclusiones sorprendentes, desde luego, y esto lo saben mejor que nadie los trolls, esos pequeños tocapelotas a los que no hay hacer caso pero a los que aún así es difícil ignorar. Tras unos cuantos años en el mundo de los blogs y los medios online ya no caigo nunca en la trampa de la respuesta con calentón, pero sigo cayendo en la otra, mucho más peligrosa.

La de que mi percepción de la historia cambie por esos comentarios.

Y ese es un problema real que no tiene fácil solución. Eliminar los comentarios es exagerado y erróneo, y moderarlos es un proceso demasiado costoso. Así que para los que escribimos la cosa está complicada. Y a los que leen (leemos), un consejo: cuando terminéis de leer algo, no leáis los comentarios inmediatamente. Tomaos unos segundos para digerir ese contenido y formaos vuestra propia opinión. Y recordad tanto esa opinión -que puede cambiar con argumentos razonables, desde luego- como el hecho de que el tono con el que la expreséis condicionará al resto de comentaristas. No caigáis en la trampa.