Cuando sea mayor quiero comprarme un Tesla
Compramos nuestro coche familiar en 2010. La historia de cómo lo hicimos es simpática y absurda: nunca llegamos a probarlo antes de comprarlo —¡locos!—, y eso se notó cuando por fin nos lo dieron. Imaginaos la situación con Harry y Sally sentaditos cómodamente y disfrutando de ese olor tan especial y estupendo de los coches nuevos (¿hay un ambientador con ese aroma? -> lo hay, ¡gracias José Luis!):
—Venga, voy a arrancarlo, Sally.
—Adelante Harry. Qué ilusión. Ays.
—Espera. ¿Dónde está la ranura para meter la llave? Ah, aquí, pero, ¿Por qué la llave no tiene llave y es solo mando?
El tipo del concesionario, que estaba asistiendo a ese momento épico y ridículo, fue bastante comedido a la hora de solucionarlo.
—¿Puedes pisar el embrague? —le dijo a Harry con calma, que pisó como si no hubiera mañana.
Entonces el tipo se acercó al salpicadero y pulsó un botón en el que ni Harry ni Sally se habían fijado. Uno que estaba claramente señalado como botón de encendido.
Bienvenidos al s. XXI y a los coches que ya no se arrancan (necesariamente) con llave, chavales, le faltó por decir. No lo hizo. Bien por él.

En estos diez años el coche ha ido estupendo. Hemos tenido algún golpecito y desde luego alguna que otra reparación. La última, la de cambiar la correa de transmisión a los 180.000 km por precaución antes de que lo tuviéramos que hacer por obligación. La cosa no salió barata, pero desde por lo que sé hacerlo cuando se te rompe de verdad es bastante más caro.
Esa última reparación debería hacer que nuestro coche aguante aún el tirón otros cinco o seis años. Y en esa franja es en la que espero que el mercado de los coches 100% eléctricos se asiente de forma definitiva. Es una previsión bastante realista, sobre todo teniendo en cuenta cómo estábamos hace ocho años. Tesla era bastante desconocida y en 2012 inauguró su primera estación de supercargadores mientras abandonaba su Roadster y comenzaba a producir su espectacular Model S.

Yo ya quise tener ese coche entonces. Luego quise tener el Model X, y ahora quiero el Model 3. Supongo que para cuando nuestro coche familiar ya no pueda aguantar más el tirón habrá aparecido algún otro modelo nuevo y seguro que otros fabricantes tendrán propuestas igual de chulas (ya hay algunas muy cucas), pero no tengo nada claro que mis preferencias cambien.
La cosa, de hecho, promete. Hace unas horas se celebraba el 'Battery Day' de Tesla y allí Elon Musk contaba cómo las baterías son el componente clave que permitirá abaratar el precio de sus coches.


En Tesla tienen preparadas unas nuevas celdas llamadas 4680 que prometen almacenar cinco veces más energía que las celdas convencionales y seis veces más potencia. El impacto en la autonomía, curiosamente, no será tan llamativo, y se habla de un 16% de mejora, pero hay otro dato aún más importante.
Ese dato es el del coste de esas baterías, y en Tesla querían como decía recortarlo para abaratar el precio final del coche. El objetivo de la marca es el de fabricar un Tesla de 25.000 dólares en los próximos tres años, algo que parece demasiado optimista. Ya hemos visto lo que ha pasado con los Modelo 3, por ejemplo, que nos vendieron como el Tesla barato de 35.000 dólares, pero que de barato tiene poco: en España la versión básica cuesta 49.000 euros, que son muchos euros para la mayoría de los mortales. Al menos, de los mortales españoles.
Yo, la verdad, no tengo demasiada prisa. Usamos poco el coche (y en estos tiempos, aún menos), y esperar otros cinco o seis años me parece que dará tiempo a dos cosas. En primer lugar, a que tanto Tesla como otros eléctricos acaben siendo más asequibles. 25.000 euros para un Tesla 3 o una variante más modesta en autonomía y potencia me parecería estupendo, 30.000 me parece factible.

En segundo, a que la infraestructura de cargadores se asiente de una vez en un país en el que hacerse un viaje largo con un eléctrico puede ser todo un desafío. En elEconomista.com explicaban cómo en puntos de recarga estamos "al nivel de Bulgaria", y por debajo, apuntillaban, tenemos solo a cuatro países de la UE: "Luxemburgo, Grecia, Letonia y Malta. Nivelazo".
Pues sí. Nivelazo total, pero ya se sabe cómo funciona Españistán en este tipo de cosas. Hoy por hoy la compra de un 100% eléctrico parece compleja de defender a no ser que te muevas mucho por ciudad y te beneficies del tema del parking gratuito o, en Madrid, de circular por donde te dé la gana sin miedo. Son, de momento, coches útiles si vives en una (gran) ciudad.
Para los demás están los híbridos y los híbridos enchufables, pero ninguna de esas opciones me atraen demasiado aunque desde luego hay opciones simpáticas. Yo prefiero esperar, hacerme mayor y comprar un Tesla.
Que igual no cae y acabo con un coche 100 eléctrico fabricado en Bulgaria.
Quién sabe.
PD: gracias por la inspiración @jlacort. Ya haremos carreras con nuestros Teslas de 25.000 dólares un día de estos.