Resetea tu huella dactilar si puedes

Resetea tu huella dactilar si puedes
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Buena reflexión la que hacen en Quartz sobre las contraseñas. El fallo de seguridad de LastPass que se desveló hace un par de días muestra una vez más cómo en el tema de la seguridad las contraseñas siguen estando lejos de proporcionar la perfección.

Los responsables del servicio explicaban que el ataque no expone nuestras contraseñas maestras y explican que todos los usuarios deberán resetear su contraseña para evitar futuros problemas. Y lo cierto es que no sé qué más pueden hacer cuando al final la seguridad de cualquier sistema depende del eslabón más débil.

Nosotros.

Es extraño que muchos usuarios se quejen de la seguridad que proporcionan estos servicios cuando son ellos los que utilizan contraseñas bastante pobres -si usáis contraseñas súper-complicadas tampoco estáis del todo seguros, que conste-, y lo cierto es que los mecanismos de recuperación/reseteo de la contraseña son una bendición. No uso LastPass -no me convenció en mis pruebas-, pero no sé ni cuántas veces he utilizado esos mecanismos para poder volver a entrar en servicios que hacía tiempo que no usaba o cuyas contraseñas he olvidado por cualquier otra razón. Bendito reseteo.

Algunos abogan por sistemas biométricos en el futuro. Ya sabéis: usar la huella dactilar, la retina, el iris, la oreja, el ritmo cardiaco, el trasero o nuestras venas para iniciar sesión en algún servicio o desbloquear el acceso a algún dispositivo.

El problema, claro está, reside en qué ocurre cuando alguien consigue falsificar alguno de esos elementos (o arrancárnoslo, ya puestos). A ver quién es el guapo que resetea su huella dactilar.

Dejaos de milongas y resetead vuestras contraseñas. Estáis tardando más en quejaros que en hacerlo. Ah, y ya puestos, activad la verificación en dos pasos siempre que podáis.