‘Coco’ y la magia

‘Coco’ y la magia
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(Post libre de spóilers. Bueno, alguno súper light. Leed tranquilos).

Hay escenas que a uno se le quedan en la retina en muchas películas. En 'Jerry Maguire', por ejemplo, recuerdo a Cuba Godding Jr. sorprendido al ver cómo un presentador de un programa de entrevistas deportivas lograba hacer llorar siempre al entrevistado, que normalmente era un hombretón aparentemente incapaz de soltar una lágrima. El personaje interpretado por el genial Cuba Godding Jr. acaba la película en ese programa, entrevistado y diciéndole al presentador 'No me vas a hacer llorar'. A los 5 minutos ahí le tenéis. Llorando a moco tendido, y todos los que le veíamos (al menos yo sí) sonriendo igualmente emocionados.

Con 'Coco' había oído precisamente eso. Que todo el mundo acababa llorando. Yo, hombretón aparentemente incapaz de soltar una lágrima, fui a verla ayer con mi familia, bastante escéptico tanto a las críticas como a esa potencial capacidad de hacer llorar al más pintado.

Pues lloré.

No mucho, vale, pero ahí me tenéis, absolutamente entusiasmado y emocionado con una historia y unos personajes que me parecieron absolutamente espectaculares. Sally lloró también cual magdalena, como supongo que lo hizo la mitad del público adulto de la sala, porque, sorpresa sorpresa, 'Coco' no es una peli para niños.

Pixar parece llevar tiempo queriendo distanciarse un poco de esa imagen. La de que hacen pelis para niños, vaya. Son ya varias las producciones que están mucho más orientadas a un público adulto a pesar del tratamiento visual de los personajes y la historia, y es fácil reconocer esas películas porque son las que menos gustan a los peques. Los míos pueden ver 'Toy Story', 'Monstruos S.A.', 'Los Increíbles' o 'Brave' cientos de veces, pero pasan completamente de 'WALL-E', 'Up', e incluso 'Del Revés' o 'The Good Dinosaur' que al principio les hicieron mucha gracia y que parecen tener olvidadas.

Con 'Coco' ayer, más de lo mismo. Les gustó, pero no les emocionó especialmente. Los mayores, en cambio, salíamos absolutamente extasiados, sobre todo porque tras el prodigio visual que es la película está una historia y un argumento con mensaje importante. No os voy a decir cual, tampoco es un secreto a voces, pero es uno de esos mensajes obvios que suele utilizar Pixar para recordarnos esta y otras cosas importantes de la vida. De nuestra vida.

Y luego, claro, está la ambientación igualmente prodigiosa. Los personajes (fantástico que no hayan tocado el doblaje con voces mexicanas), los escenarios y esas alucinantes rancheras no hacen más que provocar unas ganas enormes de visitar algún día México. Diría incluso que la película acabará teniendo impacto en el turismo para ese país que quizás algún día pueda conocer de cerca. Si hay gente de allí que lea esto, igual estoy equivocado, pero con tópicos o sin ellos me parece un homenaje alucinante al país y su cultura.

Termino ya, que como siempre digo, como crítico de cine no valgo. Solo quiero cerrar recomendándoos que la veáis en un cine cuanto antes, porque creo que es una película absolutamente mágica y espectacular. Y ya sabéis, haced como Cuba Godding Jr y como yo. Llorad a gusto. La peli y lo que cuenta lo merecen.