Chuwi LapBook 12.3: el portátil de 250 euros que se ríe del Dell XPS 13 (y del MacBook, más)

Soy más de portátil puro que de convertible, así que aunque en los últimos tiempos no paro de probar esos formatos híbridos, mi pequeña tozudez me devuelve una y otra vez a mis preferencias originales. Tocar la pantalla o dibujar en ella mola, seguro, pero son características que pueden salir muy caras y que si no vas a aprovechar mucho quizás deberías tener poco en cuenta a la hora de tomar una decisión si buscas un equipo portátil.
Precisamente ese discurso es el que parece seguir Chuwi con el Chuwi LapBook 12.3, un portátil con un precio casi absurdo para lo que ofrece y que vuelve a demostrar lo mucho que hemos avanzado. Cuando me ofrecieron analizar el producto por aquí me esperaba un equipo bastante limitadete, pero las sorpresas han sido muchas y muy buenas.


Este paseo por mi experiencia con el Chuwi LapBook 12.3 no es un análisis al uso con benchmarks a tutiplén, y como sabéis por aquí prefiero ir posts experienciales y muy opinativos. Después de todo esto es mi blog, así que puedo desmelenarme sin problemas.
Creo que es importante dar un dato crucial para poner en perspectiva tanto el portátil como este análisis: ahora mismo cuesta 245 euros. Repito: 240 euros. Cuando terminéis de leer espero que estéis tan alucinados como yo.
Vamos allá.
Especificaciones con sorpresa
Puede que ese precio del que hablaba antes no os parezca demasiado reducido para un equipo de batalla, pero atentos a la hoja de especificaciones, que incluye lo siguiente:
- CPU: Intel Celeron N3450 (Apollo Lake, 14 nm, quad-core a 1,1 GHz, TDP 6W)
- Memoria: 6 GB de RAM DDR3
- Gráficos: Intel HD Graphics 500 (200/700 MHz)
- Almacenamiento: 64 GB de capacidad eMMC (ampliables vía microSD con hasta 128 GB adicionales)
- Pantalla: 12,3 pulgadas, 2.736 x 1.824 píxeles, formato 3:2
- Batería: 8.000 mAh, 36,48 Wh
- Cámaras: 2 Míxeles frontal
- Entradas / Salidas: Micro HDMI, 1 x USB 3.0, 1 x USB 2.0, 1 x Micro SD, carga, auriculares, ranura M.2 2242
- Conectividad: Intel AC-3165 (802.11ac, Bluetooth 4.2)
- Sistemas operativos: Windows 10 Home 64 bits
- Dimensiones y peso: 293 x 200 x 15 mm, 1,378 kg
En mis pruebas con CPU-Z el procesador se identificaba como un Celeron 3350, pero este modelo tiene 2 núcleos, y el propio CPU-Z se contradecía indicando que tenía 4 núcleos, así que me creo lo que dice el fabricante: ante nosotros tenemos un Apollo Lake bien plantado y con una frecuencia de trabajo justita pero que puede llegar a ser el doble con el modo Turbo.
Sorprende también la cantidad de memoria disponible: 6 GB es una cantidad realmente decente, y aunque en la unidad eMMC vamos algo justos tanto en capacidad como en rendimiento (más sobre esto más adelante), tenemos dos opciones para solucionar ambos temas: la ranura M.2 (súper interesante) y la Micro SD, que también puede apañar.

La resolución de pantalla también es fantástica, pero aquí mi crítica es, como vengo diciendo desde hace tiempo en Xataka, lo del formato 3:2 que parece muy bonito para aplicaciones maximizadas pero que a mí me hace un poco polvo porque trabajar con dos ventanas es algo más incómodo. Podemos jugar con el escalado y la resolución para minimizar el problema, pero tanto para producir mejor como para disfrutar de contenidos de vídeo hubiera preferido el formato 16:9. Lástima.
La otra gran sorpresa agradable del equipo es esa conectividad 802.11ac combinada con Bluetooth 4.2 que proporciona el chipset de Intel. Normalmente estos equipos de bajo coste suelen limitarse a conectividad 802.11n, así que tener disponible un chip dual-band como este es un alegrón. Y ahora, pasemos al diseño.
Diseño: copiar al MacBook es BIEN
A ver. Todos copian de todos. Esa máxima que algunas empresas tratan de erradicar a base de demandas legales es el pan nuestro de cada día. Me hace bastante gracia ese debate sobre todos los que copian al iPhone porque no hay muchas cosas que puedan diferenciar externamente a un móvil de otro, y lo mismo ocurre con los portátiles: ahora tenemos unas cuantas copias del Surface Pro que son muy decentes, y el diseño de los MacBook Air ha acabado siendo adoptado por muchos fabricantes (grandes y menos grandes) para dotar a sus equipos de un buen acabado.

De verdad, no es necesario inventar la rueda con estas cosas, y de hecho sería difícil hacerlo con este precio.
Esa es la primera realidad del Chuwi Lapbook. Copia el diseño del MacBook Air, y lo hace descaradamente, sin complejos. El formato cuña es perfecto para meter unos cuantos puertos en la parte cercana a la pantalla de esos bordes laterales, y aunque evidentemente las líneas y materiales sean algo más toscos aquí tengo que decir que es difícil pedir más por menos.

De hecho este LapBook es bastante resultón gracias al uso extensivo de una aleación de aluminio y magnesio y tiene sus detallitos, como unos pequeños biseles en los bordes de la pantalla y el teclado y una colocación curiosa en diagonal de la marca en la tapa superior.
Aún más curiosa es la parte inferior, y lo es por esa tapa identificada con las letras "M.2" y que como su propio nombre revela está dedicada a algo realmente interesante: poder insertar una unidad SSD M.2 2242 (el formato cortito, cuidado que el largo, 2280, no sirve) si la unidad interna no te convence. Es un detalle increíble y bienvenido, sobre todo porque demuestra esa voluntad por dar al usuario opciones de ampliación directas y sencillas. Bravo.

También hay buenas noticias en los puertos disponibles. En la parte izuiqerda tenemos el conector de corriente, un USB 3.0 y un conector Micro HDMI. En la derecha, cerrojo Kensington, puerto USB 2.0, toma de auriculares y ranura Micro SD. No soy muy fan de los puertos Micro HDMI (con un cable especial apañas, desde luego) pero oye, ahí queda esa opción, aunque hubiera sido fantástico contar aquí con un puerto USB-C que hubiera preparado a este equipo para el futuro. Tampoco se le pueden pedir peras al olmo, y aquí de nuevo el precio vuelve a demostrar lo mucho que obtienes por tan poco dinero.
Cuando abres el equipo te encuentras con una pantalla de 12,3 pulgadas con resolución 2.736 x 1.824 píxeles que usas con escalado Windows (en mi caso, un 200%) para no quedarte ciego. Esa pantalla cuenta con unos marcos generosos que de nuevo recuerdan a los del MacBook Air, y en la parte superior tenemos una webcam de 2 Mpíxeles que nos podrá sacar de algún apuro, sin más.
De pantallas, teclados y trackpads "baratos"
Si hay un detalle en el que estos equipos pueden acabar mostrando sus debilidades es en sus pantallas, teclados y trackpads, que son los que acaban siendo principales responsables de las sensaciones que nos generan estos equipos.

En el Chuwi LabBook 12.3 hay desde luego algunos elementos que sí permiten distinguir este equipo de otros más caros y ambiciosos, pero no de forma tan notable como uno podría esperar.
La pantalla sale quizás algo más perjudicada que el resto de componentes. Cuidado, porque que se note algo más no significa que sea una mala pantalla. Para nada: esa resolución deja claro que en Chuwi han querido ofrecer un buen panel IPS mate (mejor antirreflejos, menos "espectacular"), pero es cierto que el brillo y la gestión del color son peores que los de buena parte de su competencia. No es algo preocupante, pero si sois puristas en este tema lo notaréis, desde luego. Y de nuevo, la excusa del precio: bastante ha hecho Chuwi para lo que pide por este equipo, y me hace gracia tener una "pantalla Retina" en este equipo y que Apple no sea capaz de ponerla en el MacBook Air. Maldición.
Aquí nota adicional para el sonido, que es fácil pasar por alto en cualquier equipo a la hora de analizarlo. EL Chuwi LapBook tiene aquí un hándicap importante, y es el hecho de que los altavoces están situados en la base. Aunque se usan los tradicionales apoyos de goma que elevan ligeramente esa base para teclear, el sonido tiene buena calidad pero llega algo bajito para mi gusto. Quizás unos altavoces más potentes situados en los laterales o el frontal, cerca de la pantalla, hubieran sido una buena idea.

El teclado, y esto es importante, no está en español, sino que se sigue la distribución americana. ¿Es eso un problema? Bueno, si miras mucho al escribir puede que te confunda, pero no es mi caso y en cuanto seleccionas en las preferencias regionales el español como idioma todo eso es secundario. Es cierto que si quieres coger referencias la cosa te escama un poco, pero la "Ñ" está ahí, escondidita, como también lo están las tildes y el resto de caracteres del mapa de teclado en español. Siempre podréis recurrir a pegatinas para solventar este tema.
Las teclas son quizás algo más pequeñas de lo que me gustaría, pero eso tampoco es un problema: he llegado a 90 palabras por minuto de buenas a primeras en 10fastfingers, cuando en mi teclado habitual puedo llegar a 95 y en plan récord a 100-105 si estoy inspirado. Es cierto que el tamaño de la tecla Enter molesta un poco (uso mucho la parte superior derecha de esa tecla en teclados en español), pero por lo demás, como siempre, uno se puede acostumbrar. El recorrido de las teclas es muy bueno (1,5 mm, casi hasta excesivo, diría yo), y aunque el tacto es medio gomoso las sensaciones de nuevo son chulas. Vamos, que podría trabajar con este teclado durante mucho, mucho rato, algo que no puedo decir de otros teclados en portátiles.

En cuanto al trackpad, curioso el tacto "cristal rugoso" de este Chuwi LapBook, que permite controlar con mucha precisión el movimiento del puntero y que también tiene buena respuesta a los gestos táctiles soportados en Windows 10, ole. En algunas ocasiones mientras escribes la detección de la palma o toques involuntarios puede jugar malas pasadas, pero de nuevo, no es frecuente ni preocupante.
En resumen, estos tres componentes claves para la experiencia directa de usuario (lo que ves y tocas) se portan de forma realmente estupenda, sobre todo —insisto porque hay que insistir— porque estamos hablando de un equipo que está por debajo de los 250 euros. Las concesiones que otros fabricantes hacen en otros modelos son mucho peores, así que de nuevo minimpuntos y punto para Chuwi.
En 2017 lo puedes hacer casi todo con un portátil de 250 euros
Toca hablar ahora de cómo es eso de trabajar y disfrutar de un equipo como este en el día a día. Las comparaciones son a menudo odiosas, y enfrentar al Chuwi LapBook con el Dell XPS 13 que es mi compañero de andanzas desde hace un par de años puede ser cruel, pero es que este pequeño portátil vuelve a abrirme un poco los ojos a muchas realidades.

La primera, que este portátil de batalla puede ir bastante más allá de esa definición. Como decía en el título, vaya. Aquí hay que soltar eso típico de que si necesitas un equipo decente para navegar, responder correos, trabajar con documentos ofimáticos o escuchar música y ver una peli, el Chuwi LapBook es una propuesta perfecta.
Lo es, desde luego, y no solo por precio, sino porque por teclado, pantalla y trackpad como por conectividad (inalámbrica y de cable) puede ser aún más. Puede ser, diría yo, una máquina bastante decente para conectarla a un monitor externo y usarla como puesto de trabajo incluso en escenarios algo más exigentes. No diré aquí que podremos lidiar con máquinas virtuales a todo trapo (no he probado, pero incluso ahí diría que hay margen de maniobra), pero en mis pruebas lo que he notado es que todo iba fluido. Ni una vez han bufado los ventiladores —tampoco he querido pasarme a la hora de demandar rendimiento porque no lo hago normalmente ni en el XPS— y he podido por tanto gozar de un comportamiento absolutamente silencioso.
Si hay un apartado en el que creo que sí que hay margen de mejora es en el del almacenamiento. Las pruebas de Geekbench revelan aquí el gran punto flojo del Chuwi LapBook, cuya memoria eMMC (Toshiba 064G93, un clásico en este tipo de equipos) llega a los 110 MB/s en lectura y a los 25 MB/s en escritura en las pruebas de CrystalDiskMark.

Esos rendimientos son más propios de discos duros mecánicos de 5.400 RPM o de memorias Flash, así que tener un sistema de almacenamiento así puede doler un poco a los que queráis exprimir un poco el equipo. Yo no he notado que eso acabe influyendo mucho en mi día a día, pero si trabajáis con tareas algo más extensivas y con mucho trasiego de datos (por ejemplo editando imágenes en Photoshop, algo que es perfectamente posible —aunque probablemente no óptimo— en este equipo) podríais notar algo de latencia extra.
Es ahí donde no obstante esa prodigiosa ranura M.2 que no he visto en ningún otro equipo que yo haya analizado plantea soluciones. En Amazon tenéis unidades como esta de Transcend de 128 GB por 88 euros (no es barata, pero hay opciones de menor capacidad) que ofrece rendimientos de 560/460 MB/s en lectura y escritura respectivamente si hacemos caso al fabricante. Uauh.
No tenía ganas de hacer pruebas de rendimiento general, pero es bueno tener alguna referencia para los curiosos. En GeekBench 4 los resultados fueron de 1.437 puntos en Single-Core y de 4.296 en Multi-Core (3.016 y 5.685 en mi Dell XPS con un Core i5-5200U), lo que deja claro que sin ser una bestia del proceso, el equipo tiene margen de maniobra, algo que como digo se nota cuando lo usas. No se queja al abrir unas cuantas pestañas en Chrome y reproducir contenidos de vídeo o tener varias aplicaciones más en segundo plano, y lo cierto es que como digo trabajar con él como equipo principal (al menos, para lo que yo hago) sería totalmente factible.

Eso hace que me plantee si acerté o no con mi Dell XPS 13 cuando existen alternativas como el Chuwi LapBook por este precio. Me temo que siendo sinceros me podría apañar perfectamente con el equipo de Chuwi, pero también es cierto que Dell me da esa sensación de poder hacer más si lo necesito. Cuidado porque como se puede apreciar en esas pruebas, la diferencia ya no es tan clara entre un equipo de 1.000 euros (sí, de hace dos años) con uno de 250 de este año. Es alucinante, y si no lo creéis así dadme argumentos, por favor.
La pantalla, decía anteriormente, es uno de los componentes que muestra debilidad frente a competidores como mi Dell XPS 13 (que por cierto, tiene un panel FHD peor en resolución aunque la calidad que percibo es mayor en él), pero hay otro apartado en el que el equipo de Chuwi también está algo más limitado que mi XPS 13, y ese es el de la batería. No he puesto un cronómetro ni he hecho pruebas exhaustivas y específicas, pero la sensación es que el equipo debe andar entre las 5 y 6 horas de vida con un uso convencional. No es una cifra preocupante, pero desde luego no es la más alucinante del mercado.
La gente de Chuwi afirma que esto puede minimizarse con ayuda de ese soporte de carga rápida que yo noto que es más o menos igual de rápida que en otros equipos, pero que sí que es más corta por la sencilla razón de que esa batería de 36,48 Wh no requiere estar tanto tiempo recargando como la del Dell XPS, que es de 52 Wh y que aguanta tranquilamente 8 o 9 horas en ese mismo escenario.
Actualización: Linux sin problemas
En los comentarios algunos preguntábais qué tal funciona Linux en el equipo. No he podido probar mucho, pero acabo de instalar una daily build de Ubuntu 17.10 (hay que hacer un pequeño ajuste en la BIOS como indican aquí) y todo ha ido perfecto. GNOME al poder.

Que yo haya visto, todo el hardware ha sido reconocido sin problemas. Tengo conectividad WiFi, Bluetooth (comprobado), el teclado y el trackpad también funcionan bien e incluso los controles de volumen y de brillo se reconocen por parte de la distribución. YouTube se ve y se oye sin problemas (curioso, me ha dado la sensación de que se oye más alto que en Windows), así que en estas primeras impresiones todo estupendo ;)

De hecho durante la instalación la resolución de pantalla es la nativa (todo se ve pequeñito) pero una vez inicias por primera vez Ubuntu reescala para trabajar con un escalado del 200%, así que aquí también cero problemas.
¿Dónde está el truco?
Sinceramente, no lo hay. El Chuwi LapBook 12.3 es un equipo muy honesto con lo que ofrece. No esperes una pantalla alucinante o un diseño diferencial. No esperes un rendimiento brutal ni poder jugar a videojuegos (esto no lo he probado, pero os aseguro que los Intel HD Graphics 500 dan algo de margen en títulos no muy exigentes). Y no esperes poder sacarlo en público y que todo el mundo mire y pregunte "¿qué maravilla de portátil es esa?". Eso no va a ocurrir.

No a menos que cuando lo miren saques una pancarta que diga "Pues me ha costado 250 euros". Eso seguramente haga que alguno que otro se acerque y te pregunte con cara de listillo si con eso puedes jugar al solitario. Seguramente él o ella tengan un fabuloso MacBook de 1.500 euros (3.284 y 6.825 puntos en GeekBench) que puedan sacar orgullosos en un Starbucks, y seguramente hagan con ese equipito lo mismo o incluso menos de lo que tú haces con un Chuwi LapBook 12.3 como este. Si te lo sacan para comparar y presumir, por favor, pregúntales algo tipo "Oye, y a tu qué tal les va con el #donglelife y tu puertecito USB-C, majo?". Y luego invítales a un café, que seguramente no tengan ni para eso tras gastar ese dineral en un equipo que es una oda al diseño inútil.
¿Queréis un segundo portátil con el que poder iros de viaje sin arriesgar y que además pueda solventar muchas otras situaciones? Aquí tenéis un gran candidato. Uno que ciertamente está por debajo en prestaciones y precio a los Xiaomi Mi Notebook 13 (que está a 569,84 euros en GearBest con el cupón ESMAIR13) de los que tanto he hablado, pero cuya relación precio/prestaciones es igualmente espectacular. Si necesitáis más margen de maniobra, Xiaomi. Si no, atentos a este modelo de Chuwi que es un pequeño prodigio.
Yo mismo tengo difícil ponerle peros al Chuwi LapBook 12.3, y sabéis cómo me las gasto. Si este fuera un equipo de HP, Asus o Dell y costara 600 o 700 euros nadie protestaría, creedme. Pero es de un fabricante chino que se llama Chuwi, que está haciendo las cosas muy bien y que demuestra, como está ocurriendo con los smartphones, que no hace falta pedir una hipoteca para comprar un móvil o un portátil.
Bien por el Chuwi LapBook 12.3. Súper bien, de hecho.
Si lo queréis, lo tenéis en GearBest por 245,47 euros, pero es una oferta limitada. ¡Comprad, comprad insensatos!