De cajones y iPhones 6

Hace un par de días publicamos en Xataka uno de esos análisis de largo recorrido que complementan al análisis tradicional. La idea es que tras echarle un vistazo profundo pero rápido al terminal alguno de los miembros del equipo lo tenga durante una temporada para luego dar una opinión más sosegada y personal de su experiencia. Y ese ha sido el caso con mi artículo sobre mi mes de uso del iPhone 6.

En el vídeo -como siempre grabado y montado por Jesús Maturana (@matutweet)- se resume todo lo que contaba en el texto de ese artículo, así que tampoco hace falta que me repita mucho por aquí, porque la conclusión es la que esperaba. El iPhone 6 es un telefonazo que cumple de forma fantástica en casi todo y del que me ha gustado mucho más su software -iOS 8 abre una rendija por fin a opciones hasta ahora inconcebibles- que su hardware.

El problema es el que ya mencioné desde el primer momento: el precio de este terminal -como el de otros gamas altas- no está justificado. Esa experiencia fluida se puede lograr en terminales mucho más económicos -lo demuestra esa guía que publiqué hace poco con la respuesta a qué móvil comprar (Diciembre 2014) -, y solo defendería la compra de un iPhone 6 si uno busca una cámara excepcional. En el resto de apartados no hay nada especialmente diferencial que como digo justifique ese precio, y de hecho en cuanto acabó la prueba el iPhone 6 acabó donde tenía que acabar: en un cajón, bien guardadito hasta nueva orden. No me gusta aprovecharme de esos préstamos de Apple y otras empresas que ceden productos interesadamente, así que cuando vuelva a necesitarlo para algún artículo -si lo necesito-, saldrá de su escondite.