Barrilete cósmico

Barrilete cósmico
maradona3

Al matinée del giovedì. Ballo il liscio al "Garden Blu". Con l'orchestra serenade.

Suena el 'Grazie Prego Scusi' de Adriano Celentano. Aparece Maradona por la banda, sorteando a un búlgaro asesino que intenta pararle con un manotazo al cuello. No sirve. Diego sigue y la cuelga con una rosca estupenda para que Burruchaga, solito, cabecee y marque el segundo de aquel encuentro del Mundial de México 1986.

Spengono le luci. Tacciono le voci. E nel buio sento sussurrar".

Celentano sigue cantando de fondo. Cambio de vídeo. Aparece Diego en una jugada en la que choca con otro defensa en el área pequeña, se cae, y al hacerlo logra enganchar un remate pícaro que el portero —que había salido a por uvas— no logra intuir y que se come con patatas (y con las citadas uvas).

Luego llega la imagen de aquella falta que Maradona le clavó a Gatti en aquel partido histórico entre Boca Juniors y Argentinos Juniors. Seguro que os sabéis la historia. El Loco Gatti dio una entrevista y provocó a un joven Maradona que con 20 años ya lo prometía todo. "Me preocupa su físico", dijo. "Tengo la sensación de que en pocos años más no va a lograr contener su tendencia a ser un gordito". Al leer las declaraciones, Maradona se enfadó. "¿Gordito? Hoy le meto cuatro, acuérdate", le comentó a su agente.

Se los metió. El segundo de aquellos goles fue épico. Falta sin apenas ángulo, Maradona se queda sentado tras caer. Gatti coloca a la barrera, pero al hacerlo se adelanta demasiado. Diego lo ve, se levanta y lanza la falta sin esperar. "Le pego rápido al segundo palo", cuenta en ese vídeo, y el balón entra por la escuadra: incluso un Gatti bien colocado las hubiera pasado canutas para parar aquello. Celentano sigue cantando. "Por favor, ¿bailarás conmigo?. Gracias, preferiría no hacerlo".

Prego, vuol ballare con me? Grazie, preferisco di no. Non ballo il tango col casqué, perciò… grazie. Prego, grazie, scusi, tornerò.

Diego prefirió no bailar con Gatti, pero como si lo hubiera hecho. Cuatro veces. Lo hacía constantemente, en realidad. Lo suyo en el campo era como un baile imposible. Celentano sigue cantando de fondo y las trompetas suenan mientras Diego, entonces en su gloriosa etapa en el Nápoles, le clava aquella falta imposible (el vídeo es imperdible, los defensas de la época no eran unos deportistas, eran unos asesinos) a la Juve. La misma con la que ayer los reponsables de este equipo —rival eterno- lloraban la marcha del astro en un gesto prodigioso.

Demasiado cerca de la portería. No había suficiente distancia. "Pásamela a mí", le decía Maradona a su compañero Eraldo Pecci. "¡Pero no se puede patear desde acá!", le contestó. Ciertamente parecía imposible, pero no. Pecci se la pasa, Diego golpea y el balón obedece. Hace una parábola increíble y se mete por la escuadra.

Al matinée del "Garden Blu". Ricchi premi e cotillons. Fascia d'oro per la miss

Celentano no para. Maradona sale haciendo malabares imposibles, marcando más goles imposibles, y por fin, el clímax.

Ta-ta-ta-ta-ta-ta.

El gol.

No hay ni habrá otro igual. Yo lo vi pegado a la tele, con mi hermano y mi padre. Por entonces él y yo teníamos 13 años y el fútbol lo era todo. Queríamos ser youtubers futbolistas, claro, como cualquier chaval de aquella época. Yo tenía claro que no iba a llegar muy lejos, pero mi hermano Nacho era bueno. Al menos para mí o para mi padre, que no tenía pudor y decía que tenía una zurda de oro delante de mí, el de la diestra de palo. Al menos la cosa se compensaba con el tenis. Cualquier día cuento un poco más de aquello.

Pero me estoy desviando. Ver el fútbol con mi padre era algo que hacíamos constantemente y que un día dejamos de hacer. Empezamos a verlo con algún amigo, y él acabó bajándose a un bar del barrio, donde al menos lo veía con algún vecino. Ahora pienso en aquello y me digo "Vaya mierda, papá, lo siento". Pero claro, entonces no te enteras. Tu padre se cae del pedestal un tiempo y cuando lo recuperas te has perdido unos cuantos partidos con él. Y luego se va y ya no puedes ver más. Vaya mierda.

Pero vimos muchos partidos con él, y aquel fue uno de ellos. Es curioso, pero recuerdo más el gol de 'la mano de Dios' que EL gol. Uno que no se puede reproducir con palabras y que hay que ver, una y otra vez. Y hay que verlo narrado por Victor Hugo Morales. Esta grabación, de un documental de ESPN, es la de mejor calidad que he encontrado en YouTube:

Lo podré ver una y mil veces y la impresión siempre será la misma. Los pelos se me ponen de punta, y siento escalofríos. Y Morales, contagiado de aquello, llorando de rabia y alegría, con una narración legendaria.

Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste... para dejar en el camino a tanto inglés?... Para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina... Argentina 2, Inglaterra 0... Diegol, Diegol... Diego Armando Maradona... Gracias, Dios. Por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas... por este Argentina 2, Inglaterra 0.

Como hombre Maradona distó mucho de ser perfecto. Como futbolista, que es por lo que se le recordará siempre, jamás habrá nadie como él. Me gustó lo que digo Guardiola ayer, recordando que lo había leído en una valla publicitaria en Argentina. Alguien escribió allí: "No importa lo que has hecho con tu vida, Diego. Lo que importa es lo que has hecho por nuestras vidas".

Gracias, Dios. Por el fútbol. Por Maradona. Por estas lágrimas.


PD:  El vídeo con la canción de Celentano y las jugadas de Maradona existe. Lo emitió Canal+ en un programa especial de "El día después" con Ignacio Lewin y Michael Robinson titulado 'Los mejores futbolistas de la historia'. Allí aparecían Di Stefano, Pelé, Cruyff, Maradona y Garrincha. La primera parte del montaje de Maradona es sencillamente fantástica, pero no logro encontrarla en YouTube para compartirla. Mi hermano y yo la vimos cien mil veces, y hoy cuando nos hemos visto lo primero que ha hecho él es comenzar a cantar la canción de Celentano. Y a partir de ahí, esto.

Por cierto: ninguno de los dos llegó a ser futbolista.