¿Qué harías si vieras una moneda de 10 céntimos en la calle?
Volvía hace un momento de llevar a la peque al cole con un par de vecinos. De repente, reluciente en la calle, una moneda de 10 céntimos. Ni me lo pensé: me agaché (ñiqui-ñiqui-ñiqui) y la cogí. Igual es la crisis, o que soy un rata -mi lado whopper vuelve a aflorar-, pero daba igual. Vencí esa posible timidez o vergüenza en este tipo de situaciones-no digamos ya los achaques en la espalda, que también son obstáculo para estos esfuerzos- al mostrar ese modo aguilucho, y me abalancé a por la monedita.
Risas entre los vecinos, claro. Y entonces les conté lo mismo que Neil deGrasse Tyson contó en una charla hace unos años. Ahí va:
Así es: deGrasse Tyson se agacharía por 25 centavos -de hecho lo haría por 10 centavos si no tuviera prisa, qué crack- pero claro, es importante poner referencias. Y qué mejor que hacerlo con Bill Gates, que en comparación no haría el esfuezo de agacharse a no ser que se encontrar en el suelo con 45.000 dólares. Y eso cuando su fortuna era de 50.000 millones de dólares. Ahora mismo está en 79.300 millones.
Primera (espero que haya unas cuantas más) anécdota del día. Y esta valía la pena contarla, aún a costa de desnudarme un poco más ante vosotros, queridos lectores.