Apple en 2015: de diseño, betas y racanerías
La verdad es que no pensaba escribir nada en plan resumen del año, pero veo que los medios USA se están animando a la hora de hacer balance de la que es hoy en día la empresa referente en el segmento tecnológico: Apple.
Leía hace una semana una crítica muy ácida de Gizmodo y me quedaba un poco sorprendido por el tono exagerado de ese análisis. De hecho simplemente lo comenté en Twitter y pasé página sin pararme mucho a pensar en si aquel artículo merecía una respuesta. Al final la tuvo en The Verge, donde el máximo responsable editorial de esa publicación, Nilay Patel publicaba ayer '2015: Apple's year in beta', una reflexión con la que estoy bastante más de acuerdo y que en ese título resume buena parte de mis sensaciones con esta empresa este año.
We're not used to Apple being just fine. We're used to Apple being wildly better than the competition, or sometimes much worse, but always being ahead of the curve on some significant axis. But what we got in 2015 was an Apple that released more products than ever, all of which felt incomplete in extremely meaningful ways — ways that meant that their products were just fine, and often just the same as everyone else's.
Creo que ahí Patel daba en el clavo al hablar de cómo nos hemos acostumbrado a esperar mucho más de Apple de lo que nos ha dado este año. Han doce meses muy poco inspirados de una empresa que ha parecido conformarse con copiar ideas de otros sin hacer lo que antes hacía, que era, aun copiando, superar a todos los demás en la ejecución.
He hablado largo y tendido de buena parte de los productos y lanzamientos de Apple durante todo el año porque es un tema que ya sabéis que me suele dar mucho juego, y una vez tras otra he llegado a las mismas conclusiones. En primer lugar, la de que Apple ha sido rácana, al menos para lo que muchos sentíamos que podía ofrecernos. La segunda, la de que no hacía más que adaptar ideas de otros sin aportar nada esencialmente nuevo salvo en casos excepcionales como un aún difuso 3D Touch. Eso volvió a demostrarse en la presentación de los nuevos iPhone en los que hubo tiempo -repartidos en cuatro actos- para muchos anuncios teóricamente importantes como el del iPad Pro, y de nuevo muchos asistimos a un evento que no nos dejaba demasiadas alegrías ni sorpresas.


A esa racanería y esa falta de originalidad se ha sumado este año el que para mí es el mayor error de Apple: su obsesión con un diseño que está condicionando todo lo demás. El diseño es crucial, sí, pero no tanto como para sacrificar la usabilidad, las prestaciones y la experiencia de usuario, facetas en las que la empresa siempre brillaba con luz propia. (Actualización: atentos a este documento de FastCo Design en el que hablaban largo y tendido del tema. ¡Gracias, JLAntunez!)
Y todo eso ha dado como resultado esa sensación de que este 2015 ha sido, como decía Patel, un año en el que nos hemos encontrado con una Apple Beta. Con productos que estaban o parecían inacabados y que nos dejan esperando una próxima generación. Yo no recomendaría a nadie ni el Apple Watch, ni el MacBook, ni el iPad Pro. Pero admito que espero con cierta expectación (cada vez menos, la verdad) el lanzamiento de la segunda generación de estos dispositivos. Sobre todo del MacBook, desde luego, que creo se convertirá una vez más en el rival a batir por todo el segmento de equipos basados en Windows. Diga lo que diga el risitas:
El problema de todos ellos es el mismo: son productos que casi parecen haberse lanzado en esa beta que no era propia de Apple, sino de Google. De hecho ha pasado algo curioso: Google lanzaba betas que parecían versiones finales (¿recordáis Gmail?), y Apple lanza versiones finales que parecen betas.
Quizás a la empresa solo le haga falta un poco de tiempo. No es la única que anda lidiando con productos beta, desde luego, pero lo extraño es que en Cupertino nos tenían acostumbrados a otra cosa. Me gustaba la forma de enfocarlo de Tom Warren en su tuit:
Is Apple in trouble? No. Are Apple products getting boring? Yes. Boring is dangerous https://t.co/owwR1MUvPG
— Tom Warren (@tomwarren) December 29, 2015Efectivamente, Tom. Lo aburrido es peligroso.
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