Análisis del HTC Desire
Estos días he tenido la oportunidad de juguetear con mi nuevo caprichito electrónico, el HTC Desire, y la verdad es que básicamente el smartphone es todo lo que esperaba, así que me he decidido a escribir un análisis para todos los interesados.

Hay muy buenos análisis en diversos medios -Engadget, por ejemplo, tiene uno especialmente recomendable- así que básicamente tomaré ese como punto de partida para no repetir demasiado temas conocidos y centrarme más en impresiones que en datos ya comentados.
Hardware
El HTC Desire es, con la excepción del HTC EVO 4G y del HTC Incredible, el terminal más avanzado de todos los que existen en la actualidad. Tal y como avanza el mercado esto no durará mucho, pero es una garantía de que el smartphone aguantará una buena temporada con todo lo que le echemos encima.
La base de ese rendimiento es su procesador, el Qualcomm QSD8250 Snapdragon a 1 GHz, una verdadera bestia del proceso que permite que el sistema operativo Android 2.1 vaya a toda pastilla. De hecho, es también responsable de la fluidez de HTC Sense, una interfaz gráfica de usuario que se superpone a Android y que proporciona elementos gráficos muy llamativos y una organización algo distinta a la que se había visto en el "hermanito gemelo" del HTC Desire, el Nexus One que era la segunda opción en mi búsqueda del smartphone ideal para reemplazar a mi iPhone 3G.

A ese procesador se le unen los 512 Mbytes de ROM y los 576 Mbytes de RAM (64 Mbytes más que el Nexus, precisamente por la presencia de HTC Sense, que no está presente en el smartphone de Google aunque se pueda instalar por métodos "oscuros"), y una ranura SD para aumentar la memoria hasta en 32 Gbytes. El teléfono lleva una ya incluida de 4 Gbytes, así que si no vais a almacenar mucha música o vídeos, podéis aprovechar esa capacidad sin necesidad de gastar más dinero en una tarjeta microSD adicional (Clase II, mínima recomendada para estas tarjetitas, por el tema de la grabación de vídeo).
Diseño
Hay que admitir que el HTC no es un prodigio del diseño. De hecho, el concepto es prácticamente idéntico al del Nexus One e incluso al de los iPhone que han dictado las normas actuales: todo pantalla, y el mínimo número de botones/ranuras/accesos directos posibles. En el caso del Desire la pantalla AMOLED WVGA (Wide VGA, o lo que es lo mismo, 480x800 píxeles de resolución) de 3,7 pulgadas ocupa de nuevo toda la parte frontal, que simplemente se ve acompañada de cuatro botones que flanquean al trackpad óptico.

Es curioso que la botonera sea distinta a la izquierda (con dos botones diferenciados, uno como botón Home y otro como el imprescindible botón de Menu, una especie de botón derecho de ratón para todo lo que se mueva con Android), y los botones de la derecha, que corresponden a lo que podríamos llamar un Esc (o volver a la ventana o paso anterior) y un botón de búsqueda. En el caso de estos dos últimos botones, en realidad no hay dos diferenciados, sino uno con dos posiciones a modo casi de interruptor.

El tacto del producto, eso sí, es fantástico. El iPhone resulta algo frío por sus materiales, pero la utilización de plásticos que están casi un poquito "ruggerized" (con una textura algo rugosa) lo hacen muy cómodo de tener en la mano, y el acabado de la carcasa trasera -muy facilita de quitar, otro detalle útil que da acceso rápido a la batería intercambiable y a la posibilidad de usar otras tarjetas microSD, además del acceso a la SIM- es igualmente elegante.

En el lateral izquierdo nos encontramos con el control de volumen -demasiado disimulado en su forma con la carcasa para mi gusto, es difícil acertar con el subir y bajar volumen con el mero tacto si uno no lo tiene bien controlado- mientras que en la parte inferior está el conector microUSB (cuidado, no miniUSB) y en la parte superior el botón de encendido, que hace también la función de botón de bloqueo del smartphone, y la toma de auriculares. Para mí es un fallo que el botón de bloqueo sea el botón de encendido: el acceso no es tan cómodo con la botonera inferior, y no es un acceso "natural" para esta función en mi opinión.
¿Una cámara de móvil más?
La verdad es que este ha sido uno de los apartados con los que menos he podido trastear, así que no puedo ofrecer muchas impresiones. De hecho, lo poco que he hecho ha dado unos resultados algo pobres, pero hay que tener en cuenta que todas las fotos y vídeos los he sacado en interiores, donde estas cámaras integradas lo pasan peor.

De hecho, el flash no acaba de ajustarse a la distancia a la que lo aplicas, y el autofocus es interesante... hasta que sacas la foto, porque a no ser que tengas el pulso de Terminator es posible que la foto salga movida con luz interior. Puede que estos problemas sean únicamente cuestión de aprender a manejar bien la cámara, pero para mi esta era una función totalmente secundaria: tengo una buena DSLR y no pretendo sacar muchas fotos con el móvil, aunque nunca venga mal contar con un sensor de 5 megapíxeles para algún recuerdo puntual... o para las noches de farra en las que lo de sacar la réflex digital es más bien impensable.

En lo que respecta a la grabación del vídeo, la cosa está algo mejor, pero atención: no hay soporte para grabación 720p. Se habló de esa posibilidad, pero de momento en HTC no han ofrecido dicho soporte, y parece que tardarán algo de tiempo en hacerlo, aunque hay rumores al respecto. De nuevo, no es algo que me preocupe especialmente, pero sin duda es una opción a tener en cuenta por parte de muchos usuarios. El HTC Desire puede grabar vídeo en varias resoluciones, la más alta de las cuales es 480x800, igual que la resolución de pantalla. El sonido grabado a través del micrófono es más bien cutrillo, pero la imagen es muy decente, y la verdad es que como digo no se puede esperar más de este apartado. Soy un poco pijotero con el tema del vídeo y la imagen, así que como ya digo si os compráis el Desire por su cámara, mejor no lo hagáis. Destaca mucho más en otras facetas.
Android 2.1, al fin libre
Como ya comentaba en el anterior post, una de las cosas que más me reventaban del iPhone era la obligación de estar limitado a lo que Apple nos quisiera dar. Comentaba muy a menudo con un amiguete que reside en tierras gallegas lo bien que se lo monta Jobs, que por ejemplo anunció el soporte del Copy&Paste en el iPhone como algo revolucionario. Lo triste del tema es que ese soporte debía haber estado implementado desde el minuto cero de la salida de iPhone OS, pero no fue así. Y esa era la situación con muchos otros apartados.

Afortunadamente varios frikis lograron descubrir métodos para realizar el jailbreak y la liberación de los iPhone, así que versión tras versión del sistema operativo aparecieron las correspondientes aplicaciones para volver a realizar el jailbreak y la liberación del móvil. Sin embargo el proceso era algo engorroso, no apto para cardiacos en algunos casos (sobre todo al principio) y, desde luego, inaccesible para el público general, que no quiere o no le interesa buscar salirse de lo establecido por Apple y convertirse así en uno más del redil.

Pero en Android todo es muy distinto. Se trata de un sistema operativo abierto con todo lo que ello conlleva, aunque cuidado, eso no quiere decir que los fabricantes nos den las llaves del coche y podamos trastear todo lo que queramos con él. Al igual que con los iPhones, hay una especie de jailbreak que en el caso de los Android se denomina root (como el superusuario de Linux, y de hecho, lo que uno hace al "rootear" un móvil Android es lograr privilegios de superusuario), y que permite acceder a varias opciones "extra", a saber:
- Instalar aplicaciones especiales no disponibles en Android Market (como por ejemplo, la que permite capturar la pantalla del móvil)
- Instalar aplicaciones en la tarjeta SD: con lo que evitamos estar limitados por la memoria del móvil a la hora de instalar varias aplicaciones.
- Instalación de ROMs personalizadas como los Custom Firmware de la PSP, que dan acceso a todo tipo de funciones extra. Aquí sobresalen claramente sobre las demás las creadas por Cyanogen.
Hay más ventajas, claro, pero el problema es que cada terminal es un mundo a la hora de lograr acceso root, y por ejemplo el proceso aún no es una realidad para el HTC Desire, aunque ya se han logrado avances que no se han visto cristalizados en una guía con las aplicaciones necesarias para usuarios como yo, que las pondríamos en práctica probablemente en cuanto saliesen. Por cierto, si alguna vez sale algo al respecto, es más que probable que lo anuncien en los foros de XDA o quizás en MoDaCo, ambos muy conocidos en este tipo de escenarios.

Dejando un poco aparte el tema de lo frikis o no que seáis y que vayáis o no a toquetear ROMs y demás, lo cierto es que Android 2.1 es un sistema operativo móvil excepcional. Dudaba que algo se pudiera igualar a iPhone OS -que odie a Apple por su filosofía no significa que no admire lo bien resuelto que está iPhone OS, con sus virtudes y defectos-, pero Android demuestra la madurez esperada tras varias versiones algo más pobres, y actualmente se sitúa como una alternativa totalmente válida que yo creo que supera al iPhone en ciertos apartados.

Lamentablemente, la concepción abierta de Android también tiene desventajas: la gente de Apple se ha esforzado mucho para hacer que la experiencia de usuario de aplicaciones como las de reproducción multimedia (que convierten a cualquier iPhone en un iPod touch) o las de visualización de fotos sean difícilmente comparables. El iPhone dispone de un equipo de programadores muy centrados en hacer que esa experiencia sea la mejor posible, y desde luego la reproducción multimedia -al menos, en lo que se refiere a la interfaz de uso de esas aplicaciones. es inigualable. Es probablemente la desventaja más clara que he encontrado entre el HTC Desire y el iPhone 3G, y es que aunque al final los dos reproduzcan música y vídeos, la experiencia de usuario en el iPhone es claramente superior.

En el resto de apartados, eso sí, Android es tan eficiente y visualmente atractivo como el iPhone, o más. Los fondos animados de Android 2.1 son una cucada -más sobre esto en el tema de la batería- y también el efecto Exposé para mostrar los distintos "escritorios virtuales" con los que contamos -hasta 7 en el HTC desire, por 5 del Nexus One y 3 de anteriores versiones de Android, según tengo entendido-. El cliente de correo Gmail, por ejemplo, es absolutamente fantástico. Si usáis Gmail en el PC o portátil la experiencia en el Desire y en Android 2.1 es genial, aunque yo quizás situaría una barra inferior en la interfaz con accesos a algunas funciones rápidas (y a etiquetas, desde luego), para no tener que estar pulsando la tecla menú a cada poco.

En Android 2.1 se incluyen otras mejoras importantes, como la pijada del dictado por voz, que, curiosamente, no está activa en el HTC Desire. Pero como aquí el menda lerenda es más bien friki de estas cosas, ya lo tengo instalado. El secreto no lo es tanto, porque desde hace días rula por ahí el paquete que permite aplicar el dictado por voz, además de la utilización del mismo teclado de los Nexus One que incluye ese botoncito del micrófono para dictar mensajes o términos de búsqueda. Eso sí, en perfecto inglés, cosa que no es muy útil para los españolitos de a pie pero que queda la mar de chulo para quedarse con los amiguetes de cuando en cuando ;)

Hay alguna mejora más en Android 2.1, pero nada especialmente reseñable. Donde sí hay que destacar cosas es en HTC Sense, la capa adicional de HTC que transforma la interfaz de usuario para añadir muchas pijaditas como el reloj en pantalla, el Friend Stream y otra serie de widgets tan cucos como peligrosos para la vida útil de la batería. Precisamente el famoso Friend Stream es uno de esos componentes sociales tan de moda que se han publicitado mucho en HTC Sense. La idea es la de ofrecer en uno de los escritorios virtuales una interfaz de acceso a las actualizaciones de nuestras cuentas en Twitter, Facebook y Flickr (aunque no entiendo muy bien lo de Flickr, no hay tanta actualización que yo sepa), y que nos permite estar siempre al tanto en esas tres redes sociales. La idea está curiosa, pero como en otros widgets similares (el correo, o el cliente de Twitter nativo de HTC, llamado Peep) eso de estar todo el rato haciendo push no es buena idea si quieres alargar la vida útil de la batería. De nuevo, más sobre esto un poco más adelante.
Internet en el HTC Desire: otra dimensión
Hacía tiempo que no me daba cuenta de lo importantes que son ciertas mejoras a nivel hardware y software en un segmento como el de la movilidad. Cuando uno está acostumbrado a navegar por Internet o "twittear" con el iPhone 2G y el iPhone 3G, hacerlo desde el HTC Desire es sencillamente otra experiencia. Es casi como pasar de la RTC y de Infovía a las primeras redes ADSL. El salto cualitativo es absolutamente brutal.

Me da igual que el iPhone 3GS haya mejorado en este aspecto. Me lo creo, pero de nuevo cuando apareció en junio del año pasado me pareció increíble que Apple no ofreciera dichas mejoras desde la primera versión del iPhone. Lo peor de todo es que esa táctica cuca de Apple le sigue funcionando, y probablemente lo hará toda la vida (como a otros fabricantes, claro está): el iPhone 4G seguramente incluya uno de los nuevos procesadores Apple A4 -que funciona muy bien en los iPad, por lo que dicen- y eso será un nuevo salto cualitativo en esos smartphones.
Pero es que el paso de la navegación en el iPhone 3G y en el HTC Desire ha sido increíble. La velocidad de carga de páginas es asombrosa -con la misma conexión que usaba para el iPhone 3G- y lo mismo ocurre cuando utilizas la conexión 3G. Es como si de repente las redes WiFi y la conectividad 3G de tu operadora hubieran despertado del letargo. Todo va mucho más rápido. Pero mucho más. El navegador de Android 2.1 es gran responsable de ese rendimiento (está basado en WebKit 3.1, y ya tiene soporte HTML5 preliminar) , pero está claro que además del navegador el gran responsable es el citado procesador a 1 GHz, que se come los hilos de proceso que abre el navegador como si fueran pastelitos.

En el navegador también hay que destacar otra característica: el zoom. De nuevo, dudaba de que ningún otro desarrollo pudiera igualar el fantástico Safari del iPhone (que es fantástico, lo admito). Pero es que el zoom del navegador de Android es a-lu-ci-nan-te. Y es que no solo redimensiona texto e imágenes: los recoloca de forma que todo se ajuste al ancho de pantalla, justificando los textos para que puedas leer lo que estés leyendo sin tener que desplazarte más que hacia arriba o hacia abajo. La velocidad con la que funciona el mecanismo y su rendimiento es impresionante, de verdad.
Lo mismo ocurre básicamente con cualquier aplicación que tire de Internet. La actualización de aplicaciones en Android Market, y por supuesto la búsqueda y descarga de nuevas herramientas, es instantánea. Casi no me acuerdo ya de los interminables tiempos de espera de Cydia, Rock o Installous (¡shhh!), porque instalar nuevas aplicaciones en el HTC Desire es una gozada.
No uso Facebook, pero sí que tiro mucho de Twitter, y el cliente que estoy probando ahora mismo (Twitdroid) es también hiperrápido. Hecho de menos algunas opciones de mi querido Tweetie en el iPhone 3G, pero son pequeñas concesiones que uno tiene que hacer al cambiar de plataforma: no todo estará disponible en la nueva plataforma, y simplemente hay que adaptarse. Lo importante es que como ocurre en el caso de la navegación, pinchar en un enlace de Twitdroid y verlo en el navegador es cuestión de décimas de segundo. Yo usaba mucho la integración de Tweetie con mi cuenta de Instapaper para leer cosas en otro momento, y aunque es posible hacer lo mismo en Android, la integración no está tan lograda. De nuevo, son pequeñas concesiones que puede que se acaben apañando con el tiempo. Y el cambio compensa. Ya lo creo.
El software: ¿importa realmente quién tenga más aplicaciones?
Si estáis minimamente informados en este segmento, sabréis que Apple anunció no hace mucho que dispone de unas 140.000 aplicaciones en la App Store. En Android Market, la tienda online de software para móviles Android, existen actualmente unas 38.000. ¿Se nota mucha diferencia con respecto a la App Store?

Pues evidentemente, no. Estamos hablando de cifras que hacen que prácticamente haya una docena de alternativas para cada solución buscada, así que será difícil no encontrar lo que uno está buscando. Como indicaba anteriormente, si venís del mundo iPhone notaréis lo mismo que yo: puede que os falte alguna aplicación muy específica con la que os habíais acostumbrado a trabajar, pero en la mayoría de los casos las soluciones disponibles en uno y otro lado son fantásticas por cantidad y calidad (bueno, no todas, pero eso pasa cuando hay tal cantidad de herramientas disponibles).
La oferta disponible en Android es igual de completa que la de Apple en apartados tratados y en esa calidad de las soluciones disponibles, y lo importante es que los desarrolladores de Android se han dado cuenta de que lo que ya funcionaba en Apple económicamente también funcionará en Android. Es decir, que si una empresa ha desarrollado una aplicación para el iPhone y ha triunfado, es más que probable que exista una versión para Android, o, que en su defecto, otro programador haya hecho algo bastante parecido a lo que existía en la App Store. Así que alegría, porque la oferta software es fantástica.
Yo todavía estoy en pañales en este apartado, porque he instalado las típicas, pero me queda todo un mundo por descubrir. Por ejemplo en mi caso me he bajado cositas como Astro como explorador de ficheros, JuiceDefender para la batería, FTPServer para conectarme por FTP, Opera Mini 5 para probar, Read Later para la integración con Instapaper, iReader/PDFDroid para libros electrónicos y alguna pijadita más. Y las que me quedan.
Cuidado con la batería
Este es el único apartado que inicialmente me decepcionó en el HTC Desire. Y digo inicialmente porque me fundí la batería de la primera carga en menos de un día. Me quedé asustado: ¿me he comprado un smartphone que voy a tener que cargar todos los días?
La explicación era bastante sencilla: lo tenía todo a tope. Fondos animados (como he dicho, muy cucos, pero desaconsejables para el consumo de batería), Friend Stream, correo y otros widgets que hacían push a tope en los escritorios virtuales, y conectividad WiFi/3G activadas y preparadas para tragar más y más energía.

El truco consiste en ser un poquito más coherente con lo que uno necesita, y además ayudarse de alguna aplicación como la citada JuiceDefender para controlar el gasto de batería. Algunos indican que la multitarea de Android perjudica a la autonomía -un argumento que Jobs ha usado mucho para defender la ausencia de esa capacidad en los iPhones hasta ahora- y aunque pueda que sea cierto en parte, no es ni de lejos tan grave como nos quieren hacer creer. Un planificador bien diseñado se encargará de que las tareas en ejecución consuman el mínimo de recursos posible, y creedme, el planificador de Android está muy pulidito, así que lo mejor es que os leáis este fantástico artículo de Geek for me en el que explican porqué no es necesario instalar un task killer en Android. Como se ve en las capturas, yo he tenido instalado uno durante estos días por si las moscas porque me gusta controlar qué está abierto y qué no, pero desaparecerá en breve.
Como digo, una vez nos quitemos de encima las pijaditas (adiós a FriendStream o al widget del correo: cuando quiera ver mi feed de Twitter, enchufo TwitDroid, y lo mismo para el correo), y usemos sabiamente JuiceDefender -yo lo he dejado en automático y va del copón- veremos como la autonomía del HTC Desire aguanta bastante más de lo que pensaba inicialmente con el susto aquel. Algunos sostienen que hay que realizar 6 o 7 cargas y descargas completas de la batería para que esta gane toda su capacidad, pero todavía no me ha dado tiempo a cargarlo tantas veces, así que veremos si eso es cierto, pero sea como fuere, la cosa no es tan grave. Pero tenéis que ser realistas: con esa pantalla, ese microprocesador y esa carga software, no os esperéis que este móvil os aguante lo mismo que vuestro viejo Nokia 3310. Esos tiempos acabaron.
Conclusiones
Creo que ha quedado más o menos claro que en general estoy encantado con el HTC Desire. Salvo en algunos pequeños apartados que seguramente se resuelvan en futuras actualizaciones del sistema operativo, estoy convencido de que este móvil me va a durar bastante más de lo que me ha aguantado tanto el iPhone 2G como el iPhone 3G. Y es que cuando das con un cacharrito como este, es para sacarle todo el jugo.
Por cierto, para los que estéis interesados en comprarlo, hay un montón de sitios donde hacerlo, pero si lo queréis libre preparaos para romper la hucha, porque no es un capricho barato. Con suerte lo conseguiréis por unos 430 euros, aunque lo normal es que el precio sea superior, de unos 470-48o euros. Eso, claro está, a no ser que decidáis esperar a ver qué ofertas ofrecen la operadora que lo comercialice, y que creo que en el caso del HTC Desire será Vodafone, aunque por lo visto también Orange lo distribuirá.

Espero que hayáis disfrutado del análisis ;)