Amazon Prime Video y las benditas (malditas) opciones

¿Quieres arroz? Pues toma. Tres tazas. Esa es un poco la sensación que me queda tras asistir al lanzamiento de Amazon Prime Video en 200 países entre los que se encuentra España, y hacerlo además en un formato singular. Uno en el que una vez más Amazon ataca con un argumento ganador, el precio.


Aquí nos encontramos ante un servicio que no puede competir con Netflix, HBO Now o Movistar+ en catálogo, pero que les destroza en ese impacto para nuestros bolsillos. Para los que somos usuarios Premium de Amazon y ya pagábamos 19,95 euros al año el servicio es gratuito.
Repito: gratuito.
Para los que no lo son, dos opciones: o te apuntas a Premium y te beneficias de todas sus ventajas (envíos gratis para casi cualquier producto era lo que llamaba más la atención), o pagas 2,99 euros al mes por disfrutar únicamente de Prime Video.
¿Cómo funciona? Pues básicamente igual que Netflix, tanto en interfaz como en opciones. Hay diferencias sensibles en ciertos apartados, y por ejemplo en su curiosa opción X-Ray me ha parecido especialmente llamativa la opción "Escenas" que aparece en algunas series y su reparto.

Me pongo un capítulo de 'The Path' para ver a Michelle Monaghan (muy fan) y de repente puedo seleccionar las escenas en las que aparece y comenzar a reproducir el capítulo en cualquiera de ellas. Una pijada, sí, pero si uno quiere nutrir su particular obsesión sobre un actor o actriz, esto es la pera limonera.
El catálogo como decía parece sensiblemente más corto que el de Netflix, y por ejemplo cuando buscas algo y no lo encuentra no te muestra resultados relacionados como sí hace Netflix, sino que te ofrece simplemente una selección de lo más popular. De momento no sé cómo funciona el sistema de recomendaciones, pero no espero gran cosa.
Lo que está claro es que aun cuando el catálogo es más reducido, sigue siendo interesante. Tenía mucha curiosidad por ver 'The man in the high castle', por ejemplo, pero es que además tenemos joyitas como 'Seinfeld' y series que han tenido ya cierto recorrido como 'Transparent' (vi un episodio y me quedé un poco WTF) o 'Mozart in the Jungle'. ¿Qué significa eso?
Pues más opciones. Benditas malditas opciones.
Es lo de siempre. Tener opciones es genial. Tener demasiadas opciones, no tanto. Me pasa ya con Netflix: si tengo ganas de explorar un poco para probar algo nuevo me pongo a navegar por películas y documentales y me encuentro con un problema: que no sé qué elegir. Hay tanto que ver que es difícil hasta empezar a ver algo. Ocurre en muchos otros campos —hablé de tarros de mermelada y Linux hace algún tiempo, y aquel post me quedó muy majo— y vuelve a ocurrir una y otra vez en el de los contenidos en internet, con una oferta más que como digo amplía el espectro pero también el efecto colateral.
Ya sabéis. El de pensar eso de 'esta serie que estoy viendo mola' y al mismo tiempo pensar 'pero es que ver esta me impide ver estas otras tropecientas series de las que fulanito o menganito no paran de hablar'. No hay tiempo material para ver tantos contenidos, y uno se siente atrapado en una versión paralela del FoMo (Fear of Missing out) del que tanto se ha hablado (yo también, a ver qué va a pasar) en redes sociales.
Lo dicho. Bienvenido a mi vida, Amazon Prime Video. Y bienvenidas las benditas malditas opciones.
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