Alexa, ¿me escuchas?

Por ahora he sido bastante cauto en las compras de Black Friday, pero el otro día hice una absolutamente impulsiva. Una de un producto que no necesitaba realmente. Vi el Amazon Echo Dot de 4ª generación a 29,99 euros (cuando normalmente cuesta 59,99). y no pude resistirme. Había leído análisis previos del cacharrito y ya sabía que Amazon había dado aquí un salto simpático en calidad de sonido: esto es como un altavoz Bluetooth de calidad que 1) además puedes usar como altavoz inteligente y 2) puedes combinar con otro Echo Dot y disfrutar de un sistema estéreo, que mola.
Yo no compré un segundo Echo Dot, porque en principio la idea era ponerlo en la cocina para escuchar música o algún podcast mientras estamos allí preparando esos platos que nos caracterizan aquí a los del miniresort burgués. De eso ya os hablaré otro día justo antes de la hora de comer.
Este no es el primer Echo Dot que entra en casa. A principios de año los Reyes Magos trajeron un Echo Dot de 3ª generación con el que estábamos muy ilusionados pero que nos defraudó por una sencilla razón: no pirulaba bien con YouTube Music, porque en Amazon quieren que lo uses con Amazon Music Unlimited o, como mucho, con Spotify.
El soporte sigue sin existir de forma nativa, así que si quieres decir algo tipo "Alexa, ponme música de M-Clan en YouTube Music", lo ponen difícil. Ya en enero decía que había un tipo que contaba cómo lograrlo, pero a mí aquello no me funcionó. ¿Conclusión? Acabé devolviendo el Echo Dot y comprando un Home Mini para los niños. No lo han usado demasiado estos meses, pero lo cierto es que tampoco molesta y de cuando en cuando viene bien.
El caso es que el Echo Dot de 4ª generación tiene básicamente el mismo problema, pero hemos decidido renunciar de momento a esa opción y usar el altavoz como si fuera —que lo es— un altavoz Bluetooth sin más.


Se puede poner música con órdenes de Alexa con la oferta gratuita de Amazon Music (de M-Clan deben tener una canción y ya), pero también con YouTube Music si te metes en los ajustes de la aplicación Alexa y en Dispositivos eliges el Echo Dot y en "Dispositivos Conectados" estableces en "Altavoz" que se use Bluetooth y no el altavoz integrado.
Tengo que trastear más y espero que en algún momento Amazon tenga soporte nativo para YouTube Music -ya lo tiene para Apple Music, Deezer y Spotify, así que aquí hay una absurda guerra de por medio-, pero hasta que eso pase la cosa no me quita el sueño.
Lo que sí lo hace un poco es el tema de la privacidad. El Echo Dot de 4ª generación tiene un botón físico para desactivar el micro en la parte superior del altavoz. Está junto a los controles de volumen y el botón de acción, y cuando lo presionas ese botón se ilumina de rojo y también aparece un aro de luz inferior roja para que tengas claro que no está escuchando y que aunque digas "Alexa" no se va a pispar ni del nodo.
Todo bien hasta ahí pero hoy a la hora de comer me he ido a la cocina, he encendido el micro y he usado el altavoz vía Bluetooth para escuchar el Loop Infinito de Javier Lacort de hoy mientras preparaba la comida en plan rápido. Al comer hemos parado la reproducción del podcast pero no he desactivado el micro, y aquí viene lo chunguis: cuando hemos terminado de comer y hablar de nuestros temas he visto cómo Alexa estaba ahí, a la espera. Alerta esperando una orden que no se ha producido en toda la comida.

Tengo bastante claro que 1) Sería absurdo grabar todas las conversaciones de audio de los usuarios y analizarlas para ver qué se saca de provecho y 2) Amazon deja claro en sus términos de servicio que protege la privacidady no graba más que cuando le hablas. Esas grabaciones están dirigidas —como siempre—a mejorar el reconocimiento de voz y tu uso del dispositivo, pero la sospecha siempre está ahí, pululando.
De hecho Sally y yo nos hemos quedado algo mosquis y lo hemos comentado. "¿Nos ha estado escuchando Alexa toda la comida?". "Naaah, claro que no, qué tontería", hemos dicho con la boca pequeña. Yo acabo de revisar las grabaciones de hoy (el enlace no os lleva a las mías, avispillas, sino a las vuestras si las tenéis) y he visto que al menos lo que aparece como guardado es efectivamente la orden de parar la reproducción y poco más.
Pero claro, la duda, por mucho que Amazon diga lo que diga, es al menos en mi caso difícil de eliminar del todo. Trataré de no agobiarme con estas sospechas un poco paranoides, sobre todo porque cada vez me convence más eso de que Alexa nos pueda acompañar en esos ratitos en la cocina con música o podcasts. Quiero además probar algún que otro skill de los muchos que existen en el catálogo, pero lo cierto es que la aparentemente inocua situación de hoy ha reactivado esos pequeños miedos a la potencial amenaza que supone tener un micro siempre ahí, cual maruja 2.0.
Con todos mis respetos a las marujas 1.0 de siempre, todo sea dicho.
¿Y vosotros, cómo lleváis eso de la marujilla 2.0 esta?