A Apple se le acaban los fuegos artificiales

Ay si levantara Vd. la cabeza, Sr. Jobs. Si lo hiciera probablemente le daría un buen telele. El evento de Apple de hoy, largamente esperado, ha confirmado la filosofía de una Apple que quizás esté cometiendo el error más grave de cualquier gran empresa tecnológica. No saber reinventarse. El argumento de la película de esta tarde ha sido el mismo de los últimos encuentros con la empresa de Cupertino. Si cabe, yo diría, aún más sangrante por lo repetitivo del mensaje de la empresa.
Una empresa que más que ninguna otra, y en un estricto régimen mediático, quiere controlar el mensaje que los medios lanzan al mundo. Lo consigue en ciertos casos, claro. El País ("iPhone entra en la guerra de precios"), 20 Minutos ("Así es el nuevo producto 'low cost': mejor batería y festival de colores") o el ABC ("Un iPhone por solo 99 dólares") no captaron el mensaje --al menos, no en el titular, no pienso ni enlazarles-- y demostraron que en Apple siguen funcionando esos métodos. No sé por cuánto tiempo lo harán, pero flaco favor le hacen a la industria y sobre todo a los usuarios tratando de desviar la atención a un coste (con contrato) que no tiene nada que ver con el coste real (libre).
En realidad el tema del precio, aun siendo escandaloso, es solo un problema más de Apple. La empresa hubiera roto el mercado con un terminal de 299 dólares. Incluso parecería razonable pensar en un precio que rondara los rumoreados 450 dólares. Y sin embargo, Apple ha superado todas las expectativas, y con una prepotencia absoluta ha colocado su iPhone 5C con un precio de gama alta. Podría decirse que Apple cuenta ahora con un terminal de gama Alta (el citado iPhone 5C) y otro de gama altísima (iPhone 5S). Lo curioso es que algunos medios sigan tratando de meternos lo de que ya tenemos iPhone "low cost" con nosotros.
Como decía, el precio no es el único argumento preocupante. Lo es mucho más esa obsesión por evolucionar a tironcitos. El iPhone 5C es en realidad un teléfono con un año de antiguedad. Y lo es porque, en esencia, es un iPhone 5 disfrazado, con coloridas carcasas plásticas, más grueso, y que Apple quiere vender 80 euros más barato que su predecesor, cuyo proceso de fabricación era muchísimo más costoso. El impuesto Apple vuelve a presentarse, y lo hace en forma de esperpento en nuestro país, donde aún sin confirmación oficial los 550 dólares se traducirán como por arte de magia en 599 euros, en una paridad euro-dólar insólita. O vergonzosa, como Vds. quieran verlo.
Luego está el iPhone 5S, que al menos sí aporta ciertos argumentos en su lanzamiento. El procesador Apple A7 con arquitectura de 64 bits y la versión de iOS 7 de 64 bits son especialmente interesantes, aunque no tengo del todo claro qué ventajas tiene a corto plazo ese salto teniendo en cuenta que los dispositivos móviles no integran más de 2 GB de memoria, direccionables perfectamente en un sistema operativo de 32 bits. En ZDNet indican que ese soporte es necesario para implantar el lector de huella dactilar o las nuevas prestaciones de la cámara (¿ein?),así como proporcionar mecanismos de seguridad más eficientes gracias a esos ocho octetos. El salto de los 32 a los 64 bits fue especialmente arduo en OS X, y veremos si en iOS existen contrapartidas, aunque ya han indicado que el Apple A7 puede ejecutar código de 32 bits.
Por supuesto, el citado sensor de huella dactilar es el otro elemento destacado del iPhone 5S, pero aquí Apple nos ha dejado con la miel en los labios, porque al menos de momento no hay API para desarrolladores. O lo que es lo mismo: el sensor solo se podrá usar para desbloquear el terminal y comprar de todo en iTunes. La idea sería poder aprovecharlo como sistema de autenticación (¿adiós a las contraseñas?) a través de APIs y SDKs, pero en lugar de eso nos encontramos con una nueva característica propietaria que Apple quizá decida abrir a desarrollos de terceras partes el año que viene. Algo más anecdótico resulta el coprocesador M7 (lo de estar monitorizando la actividad personal no creo que sea ni mucho menos para todo el mundo), pero al menos es una idea mínimamente original en Apple.
Esas mejoras y otras más marketinianas (una cámara con ligeras mejoras, por ejemplo) siguen sin excusar el hecho de que a Apple le hace falta una revolución. Dudo que esa revolución sea el famoso iWatch, y yo apostaría a caballo ganador en el segmento de la televisión. Pero han pasado 2 años desde que Jobs afirmara haber encontrado la clave para que esa hipotética AppleTV se convirtiese en una realidad, y ni ha aparecido nada al respecto, ni parece que Apple esté moviendo ficha en ese aspecto. Ay Sr. Jobs. Si viera Vd. lo que han hecho con su empresa y sus adorados iPhone.
Si viera Vd. el iPhone 5S dorado (iPhone 5S Choni, para los amigos), Tim Cook y un buen puñado de altos cargos de Apple probablemente estuviesen en muchos problemas. Sinceramente, creo que Apple se la va a pegar estrepitosamente con el iPhone 5C. Cualquier persona con un dedito de frente (ya ni dos) no puede preferir una tecnología que nace ya con un año de antiguedad pero con precios de gama alta de hoy en día. No dudo que algunos incautos caerán, pero la mayoría de usuarios comprenderán (si no son estúpidos) que por 100 euros más podrán conseguir un iPhone 5S. Es más. Podrán conseguir el iPhone 5S Choni. Ahí es nada.