8 cosas que dan igual del iPhone SE (y una que no)
Da igual que estemos en pleno coronavirus: unos dicen que "es un momento perfecto para un teléfono asequible". No diría yo que 489 euros es un precio asequible, pero oye, en CNET se quedan tan panchos. Otros dicen justo lo contrario: que el iPhone SE no podría haber llegado en peor momento porque ahora no es momento de gastar en esto tal y como están las cosas y, sobre todo como pintan. Yo creo que da igual: mi percepción es que la gente se está gastando el dinero más o menos igual que se lo gastaba antes.
Da igual el rendimiento: el iPhone SE es, con su Apple A13, el móvil con la CPU más potente de todo el mercado. Más que cualquier móvil Android, incluidos los más caros y potentes. Puede que haya escenarios en que esté por debajo, pero tener ese SoC en un móvil de 489 euros es alucinante. Es aún mejor que tener un Snapdragon 865 en un móvil como el Redmi K30 Pro, que se puede conseguir por unos 470 euros. Tener un procesador tan potente mola porque hará que todo vaya fluido, porque garantiza que el iPhone SE estará soportado unos cuantos años por iOS y porque también hace que la cámara probablemente gane enteros siendo solo una. Eso, por supuesto, da igual: a estas alturas es difícil que el usuario medio ponga su móvil (de 300 euros o más, puede que incluso menos) bajo un escenario que haga que todo vaya más lento. Recordad: la mayor parte del tiempo usamos el móvil para mandar mensajes por WhatsApp, ver vídeos, navegar por internet y jugar a algún juego. Vamos sobrados de potencia desde hace años, aunque es cierto que en temas como la fotografía tener un buen SoC ayuda mucho en el ámbito de la fotografía computacional.
Da igual tener una sola cámara: a quién se le ocurre sacar un móvil al mercado con una cámara. Por Dios. Mira mi cholloteléfono chino, que tiene cuatro cámaras y hace el pino mientras haces las fotos. O este otro, que tiene un sensor de 108 MP y zoom 100x para sacar letreros borrosos a 1 km de distancia. ¿De verdad es importante eso? Eso da igual, queridos lectores, porque como dice Ricardo, es mejor tener una lente que funciona que cuatro que no lo hacen. Aquí diría que el zoom óptico y el gran angular pueden dar juego y molan, pero no sé si os acordáis de cómo Google le dio sopas con ondas a todos los móviles del mercado (iPhone incluido) con una sola lente durante años. Y luego está, claro, que con ese A13 Bionic es probablemente que la cámara se comporte de forma excepcional y que dé además acceso a esa grabación de vídeo 4K@60 que es la envidia de todo el sector.
Da igual que tenga marcos gigantes: es alucinante, cómo se le ocurre a Apple sacar un móvil con esos marcos cuando todo el mundo sabe ya que los marcos son una herejía y están demodés. Mira otra vez mi cholloteléfono chino, que es todo pantalla (menos por el agujerito o el notch, y ya si eso). Qué diseño, qué maravilla al fin prescindir de los marcos, ¿no?. No. Eso da igual, porque una vez más esa abominación de marcos permiten reaprovechar diseño y componentes del iPhone 8 —como ya hicieron con el otro iPhone SE al reaprovechar el chasis de los iPhone 4— y abaratar costes de producción. Y da igual también porque 4,7 pulgadas fueron suficientes durante mucho tiempo, y para mucha gente seguirán siéndolo. Mola tener más pulgadas y un diseño sin marcos, claro. Me encantaría tener un móvil de 4,7 pulgadas o quizás un poquito más sin marcos y todo pantalla: sería mucho más compacto, pero de momento la tendencia es justo la contraria ("ya que nos quitamos de encima los marcos, hagamos móviles más grandes"). Al final, como digo, da igual, y eso no es suficiente para desequilibrar la balanza? Yo diría que no.
Da igual que los teléfonos pequeños ya no le molen a mucha gente: bueno, esto tiene poco de pequeño: tiene prácticamente el mismo tamaño que un iPhone 11 Pro aunque este obviamente aproveche mucho mejor la pantalla. Pero a lo que vamos: de pequeño tiene poco, aunque esa diagonal de pantalla más reducida hace que uno casi pueda manejarlo con una mano. El iPhone SE original sí era pequeñito, pero este es otra cosa, algo que ya no importa tanto en un mundo en el que de repente los gama alta se esfuerzan por acercarse a las 7 pulgadas peligrosamente. Parece que los zapatófonos están más de moda que nunca, pero una vez más eso da igual: cuando Apple dio el salto a las 4,7 pulgadas en los iPhone 6 vendió más iPhones que nunca, como recuerdan aquí, y sigue siendo una diagonal válida (quizás algo justita a estas alturas) sobre todo con esos marcos gigantes. Mientras que el móvil quepa en el bolsillo, todo bien.
Da igual que cueste 489 euros: a estas alturas y sabiendo lo que sé, Apple podría haberlo jugado con un margen de ±80 euros y a todos nos hubiera parecido estupendo y normal. Esto no es un móvil barato, y tampoco es un móvil asequible. Es el móvil más asequible de Apple, que es distinto y es importante. Y sobre todo es un móvil que le hace la puñeta a todos esos fabricantes que de repente le seguían la estela a Apple. Como en Apple no paraban de subir precios, vamos a hacerlo nosotros también. Hablaba de ello ayer: Xiaomi se ha subido a la parra, OnePlus se ha subido a la parra y OPPO se ha subido a la parra. Antes lo hicieron Samsung, LG o Huawei, que más o menos han ido en esa misma dirección: móviles más caros y no especialmente más diferenciales (por mucho que ellos digan), y que nos ofrecen más margen de beneficio. Y mientras, como apuntaba ayer, Apple yendo a la suya y jugándosela a todos esos fabricantes: mientras todos vais a por el móvil de los 1.000 euros, yo voy a por el de 500 euros y de paso os hago la Pascua. No hay ningún móvil comparable en esa franja —e incluso a precios superiores con móviles Android en varios apartados—, y no lo hay por lo único que no da igual. Pero me estoy adelantando: el iPhone SE le hace preguntarse a uno qué sentido tiene gastarse 809 euros en un iPhone 11 básico. La única razón para mí es la pantalla de 6,1 pulgadas y la cámara ultrawide, pero no sé si eso me haría pagar 320 euros más por un móvil. Total, que da igual: la gente va a seguir gastando la pasta en lo que quiere, y como siempre ocurre, esto no es ni caro ni barato, sino todo lo contrario. A quien le pone en un brete ese precio, desde luego, es a todos esos cholloteléfonos de 300-500 euros que prometen prestaciones de gama alta (que en muchos casos dan) y que siendo estupendos (para mí lo son) tienen un problema, que es el de eso que precisamente no da igual y que es la conclusión de esta reflexión.
Da igual que no tenga Face ID: y por supuesto, da igual que no tenga lector de huella bajo pantalla como presumen todos los móviles Android de última hornada. Si a alguien le importa eso —creo que no he visto ningún comentario al respecto— estará probablemente en franca minoría, porque si hay algo que da igual, es eso. Con el iPhone SE vuelve el maravilloso Touch ID, el sensor que funciona como un tiro (Apple Pay incluido, por supuesto) y que Apple tuvo que quitar para deshacerse de los marcos. A mí me privan los sensores físicos y no tengo pudor en decirlo: el que tengo bajo la pantalla en mi P30 Pro no tiene nada que ver con el de mi viejo Mi 6. Prefiero ese último mil veces. Me daba una estúpida sensación de seguridad y tranquilidad saber que ese sensor físico siempre estaba ahí y no iba a tener que "acertar" al poner el dedo encima.
Da igual que no sea 5G: no sé si lo estáis notando, pero los fabricantes apenas mencionan ya que el móvil sea compatible con redes 5G. No recuerdo que por ejemplo se destacara mucho en el lanzamiento virtual de los OnePlus 8. Es una opción que va a tardar bastante en ser importante (si es que lo es en móviles algún día), y que en mi opinión tiene muchos más contras que pros hoy en día. El iPhone SE no cuenta con esa opción así que pronto quedará atrás respecto a los iPhone 12, pero es que eso, insisto, da igual. No ya porque no tenga 5G, sino porque sí tiene cosas que importan y molan bastante más, como WiFi 6, Dual SIM (Nano SIM + eSIM), carga inalámbrica y protección IP67. Como siempre Apple va en modo fenicia e incluye solo el cargador a 5 W, pero es que señores, es Apple. Para qué poner el cargador de 18 W cuando podemos forrarnos vendiéndolo como accesorio de 35 euros.
¿Qué no da igual, entonces?
Pues que es un iPhone.
Todo lo demás, insisto, da igual. No para mí, ojo. Yo busco otras cosas en un móvil, pero quería tratar de explicar porqué el iPhone SE probablemente lo va a petar. Con ese precio y prestaciones puede que logre robarle la cartera a unos cuantos fabricantes Android en ese rango de precio —veremos, por cierto, qué hace Google con el Pixel 4a—, sobre todo porque "oye, por 489 euros puedo tener un iPhone potente y con una cámara brutal aunque el diseño sea del año catapún". Difícil no recomendarlo a quienes quieren cero problemas y muchas garantías, tanto si ya eran usuarios de iPhone como si no lo eran. Que yo diga eso, queridos lectores, tiene miga.