44 castañas

44 castañas
salto44

Día especial con comienzo especial. Que tus niños se te echen encima de la cama a lo bestia para despertarte no tiene precio. Que tu mujer lo grabe todo (incluida tu cara de empanadilla) no tiene precio. Que les lleves al cole y la gente te vaya felicitando mola mil. Pero que se te olvide darle a tu peque la bolsa con los patines, entres en la clase de 2º de infantil y la profe diga "¡Es el cumple del papá de Javi Pastor!" y los 25 niños se pongan a cantarte el cumpleaños feliz es de traca. Momentazo. Propongo una ley que haga que a los padres que llevan a sus niños al cole la clase les cante el cumpleaños feliz ese día. Pelitos como escarpias, amigos lectores.

Recuerdo perfectamente que cuando cumplí 22 estaba muy de moda lo de decir que por fin llegabas a los dos patitos. Eran otros tiempos claro: por entonces estaba muy poco hechito, no me comía ni un colín (hubiera dado muy buen uso a Tinder) y había errado con mi decisión estudiantil porque la carrera no pintaba nada bien ya entonces. Lo que sí tenía ya a tope era pasión por la tecnología, aunque el protagonista fue el Amiga 1200 que acababa de comprar en esta época. En todos los sentidos era un miniproyecto de lo que ahora soy.

Ahora ya no tengo dos patitos, sino dos patitos multiplicados por dos. Eso da mucha perspectiva en muchas cosas y muchas certezas. Pero también la seguridad de que faltan otras muchas perspectivas y certezas, y eso que como veis por aquí soy un tipo hecho y derecho que además sigue pudiendo dar algún que otro brinco (este es de hace pocos días) como se ve en la imagen.

Ya sabéis que me gusta celebrar por aquí mi cumpleaños (lo hice a los 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42 y 43), y como en las últimas ocasiones tengo la suerte de poder decir que estos 44 llegan en un momento dulce de mi vida. Llevo una época muy buena en todo: soy famoso pero sigo sin lograr lo de combinarlo con ser rico. Esa parte de la ecuación falla, pero no importa tanto si tenemos en cuenta que me levanto cada mañana para hacer lo que me gusta hacer. Eso, amigos míos, es un privilegio, y si alguno quiere un consejo gratis, le daría precisamente ese: tratad de hacer profesionalmente lo que os gusta, porque entonces el trabajo no será trabajo. Bueno, sí, pero no. Ya me entendéis.

En ese momento dulce lo más importante no es eso (que también), sino que la otra parte de mi vida, la personal, esa de la que no hablo casi nunca por aquí, también es privilegiada. El año pasado os contaba que tengo familia de marco de fotos. Bueno, pues este año diría que es familia de 'shot on iPhone', que mola más ;) Mi mujercita (¡pipi!) y mis niños alegran cada día y lo hacen especial, y para ellos va un TALT gigante (aquí lo siento, no explico de qué va eso). Segundo consejo gratis aquí relacionado con el primero: trabajad para vivir. Yo he hecho eso y lo inverso, y al menos en mi caso pasar a filosofía "(algo) pobre pero feliz" ha hecho posible que hoy esté como estoy y sea quien soy.

A esa felicidad sin parangón que me envuelve hoy (los niños cantores de 2º infantil me han puesto ñoño, qué le voy a hacer) se le une que tengo mucha gente buena alrededor tanto por familia como por amigos. Aquí va la tercera enseñanza a estos 44, que va en contra del 'ten cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos'. Yo intento tener cerca a mis amigos (aquí tengo algunas tareas pendientes) y a la gente buena, pero además si algo he aprendido a hacer bien es a esquivar a la mala. Llegué hace tiempo al zen troll con esos trolacos virtuales, y aplico la misma filosofía con los trolacos reales que pueblan el planeta. Muy pro, chicos.

Y por supuesto año fantástico también en Incognitosis, que sigue cumpliendo añitos (pronto llegan los 12) con todos vosotros por aquí acompañándome. Eso también es un privilegio.

Solo espero que los 44 sean tan buenos como los 43. Con eso me doy con un cantazo en los dientes. A por ello.