¿Será Google Chrome OS revolucionario?

¿Será Google Chrome OS revolucionario?
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Llevo todo el día leyendo acerca de ese espectacular anuncio de Google que ya no es noticia para nadie pero que aún así seguirá llenando portadas durante unos cuantos días -y meses-. Que Google desarrolle un sistema operativo estaba cantado -o eso dicen los avispillas- y la verdad es que algunos ya hablaban del tema hace nada menos que un lustro. Probablemente ni la gente de Google lo tuviera en mente en ese momento, pero la propia evolución de la informática y el software han hecho maravillas.

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De hecho, no parecía fácil que Google saliera del mundo de los servicios web. Lo hizo cuando presentó su Google Desktop y aplicaciones como el prodigioso Google Earth, y confirmó su vocación de desarrollador de software tradicional con Google Chrome, un navegador que me tiene encantado y que es probable que se convierta más temprano que tarde en mi navegador por defecto, sustituyendo al no menos legendario Firefox. Ahora la idea de Google es aprovechar ese navegador para construir a su alrededor todo un sistema operativo. Todo apunta a un sistema con muchísima relación con Internet, pero, ¿estamos preparados para ese concepto?

Yo, la verdad, no lo creo así. Aunque muchos desarrollamos gran parte de nuestro trabajo y ocio en Internet, una cosa es utilizar servicios como clientes de correo webmail, redes sociales y programas de mensajería, y otra muy distinta es centrar toda nuestra actividad en este tipo de servicios. Veo varios problemas para esa posible adopción -si es que Google Chrome OS es lo que parece-:

  1. Una inmensa cantidad de aplicaciones son inviables en su hipotética versión web: al menos de momento, cosas como la edición de vídeo, el trabajo con aplicaciones de diseño gráfico y 3D, aplicaciones a medida, y todo tipo de aplicaciones "exigentes en recursos" pueden ser trasladadas parcialmente, pero su potencia no es comparable al de las aplicaciones instaladas en local. El servicio Picnik de edición de fotos on-line no se puede comparar a las prestaciones que ofrece Photoshop.
  2. La gente no confía tanto en la red de redes: el enfoque de Google parece tener sentido si uno confía ciegamente en la red de redes. Cada vez cedemos más datos y sacrificamos más de nuestra privacidad para obtener otras ventajas, pero hay datos que quizá no estemos tan dispuestos a dejar almacenados en servicios on-line. Es un tema de educación, desde luego, pero la transición no será fácil ni rápida, y puede que Google quiera adelantarse demasiado con una propuesta demasiado ambiciosa en ese sentido.

Yo estoy realmente intrigado por el tipo de sistema operativo que presentarán los chicos de Google, que me han maravillado con casi todas sus propuestas, y que podrían repetir con un sistema operativo que, curiosamente, se separa del proyecto Android para ofrecer una alternativa distinta, mucho más orientada a netbooks y PCs convencionales.

El corazón seguirá siendo el kernel Linux, se tratará de un proyecto Open Source, y es más que probable que la inercia de Google haga que su aceptación o popularidad se dispare desde que salga a la luz. Pero aún hay demasiadas preguntas por responder. Veremos qué vamos descubriendo en los próximos meses, pero la cosa pinta de lo más interesante.