¿Es Google el demonio?

¿Es Google el demonio?
googlevil

Hace casi 30 años la informática estaba en otra era. Aquella época estaba dominada por el hardware, la microinformática y los primeros PCs, y en aquel entonces había un claro dominador del mercado. IBM, el gigante azul, que con sus errores y sus aciertos era considerado como el verdadero demonio del mundo tecnológico por su poder e influencia.

googlevil

Diez años más tarde la cosa cambió: ya no importaba el hardware, sino el software. Una empresa que precisamente se aprovechó de la influencia de IBM logró situarse como la más importante del mundo. Aquella empresa se llamaba Microsoft, y con sus (muchos) errores y sus aciertos ha dominado el panorama informático mundial durante dos décadas. Y eso provocó que cogiera el testigo de IBM para convertirse en la empresa más odiada del mundo.

Pero de nuevo, 10 años más tarde, las cosas cambiaron. Ya no importaba ni el hardware ni el software. Importaba la información, y sobre todo, la forma de acceder a ella. Y una empresa que nació de la casi absurda idea de un organizador de dicha información se convirtió en un monstruo de Internet que hoy extiende sus garras en todos los ámbitos. Google con sus (pocos) errores y sus (muchos) aciertos ha recogido el testigo de Microsoft, que a su vez lo había recogido de IBM, y se ha convertido en una empresa temible, abominable, y como muchos indican, incluso demoníaca  ¿Es Google el demonio?

Pues al igual que ocurrió con sus dos antecesoras, la respuesta es clara.

No.

Google nació con el "don't be evil" ("no seas malvado", en una traducción libre) como eslogan, pero su magnitud ha hecho que aquella frase sea ahora interpretada de una forma distinta, y se cuestiona si realmente Google no habrá violado sus propios princpios. Sin embargo, no ha hecho realmente nada de forma directa para ganarse dicha reputación. Solo han tratado de hacer su trabajo, más y mejor, y todos seguimos quejándonos de apartados como la privacidad. Y eso que este vídeo, del que ya hablé, es para dejar a cualquiera preocupado:

Lo explica de forma ejemplar una redactora de ZDNet llamada Dana Blankenhorn, que en un post titulado "Google derangement syndrome" ("El trastorno mental de Google", en otra traducción libre) trata de identificar los síntomas de una enfermedad que afecta a millones de internautas: la de un temor exagerado a lo que Google hace y puede hacer con toda la información que recolecta.

Y cito:

What I want to know is, where is the evidence? Where is the evidence that Google is evil, or has done evil? I try to read all the critics and mostly what I see are intimations of what they might do.
  • They might use their digitizing of books to control the book market.
  • They might use their collection of personal data against you.
  • They might tie their Android phones and Chromium PCs to Google services and lock others out.
  • They might create a search monopoly.
  • They might kill the newspaper business.

Efectivamente: no hay evidencias de que Google sea el demonio, o de que haya realizado prácticas "demoníacas" con nuestros datos. Todo se queda en un "podrían hacerlo", pero no va más allá porque, sencillamente no lo han hecho. Concuerdo totalmente con ese artículo, en el que Blankenhorn indica además otro aspecto interesante:

It€™s true that with great power comes great responsibility. We are right to be suspicious. But you don€™t call in the cops before there is some evidence of a crime, until power has been abused.

¿Estamos eliminando la presunción de inocencia? ¿Culpando a Google y lapidándola antes incluso de que hayan hecho realmente algo? ¿Somos como la SGAE, que basa toda su actividad en la presunción de culpabilidad?

Eso parece, y desde luego es una realidad totalmente injusta. Puede que Google gestione nuestra vida -al menos la parte digital-, pero lo hace por dos razones:

  1. Lo hacen realmente bien, y lo más importante,
  2. Nosotros les dejamos que lo hagan.

Así que no tiene sentido quejarnos tanto: si no te gusta que tu información esté en Internet, sé consecuente: no la publiques. No veas vídeos en YouTube, no leas el correo en Gmail, no redactes documentos en Google Docs, y sobre todo, no uses el buscador de Google. Porque cuando haces todo eso estás aceptando los términos de uso de esos servicios.

Así que deja de lloriquear y sé consecuente.

Si valoras tanto tu privacidad, no te conectes a Internet, o usa alguno de los cientos de recursos que permiten ganar un grado de anonimato realmente alto.Y no te quejes tanto de lo que "Google podría hacer con mis datos". Google no está haciendo nada, que sepamos. En todo caso, sólo los usa para tratar de mejorar los servicios que ofrece. A mí no me importa. Si lo hiciese probablemente no publicaría este blog. O no lo indexaría en Google.

Como diría aquel, un poquito de por favor.